No. No piensen que con el título de este artículo estoy queriendo decir que somos rebeldes y estamos necesitando que nos “metan en verea”. No. Ni mucho menos. No va por ahí la cosa. Aunque en cierto modo, un poquito traviesos sí que somos, porque difícil se lo hemos puesto a los políticos el 20 de diciembre.
Pero lo que me pregunto (y creo que nos lo estamos preguntando todos en estos días) es que cuándo podremos contar con un gobierno, si no estable, al menos responsable, para los próximos cuatro años. Y si puede ser para ocho mejor, pues sólo para una legislatura se queda el cotarro como muy corto de miras. Y el que venga detrás que arree.
Con los resultados que han salido de las urnas, tenemos un galimatías de colores que más parece un arco iris que un escenario político. Y ahora, cada cual intenta hacerse con ese sillón donde tanto gusta a algunos hacerse una foto el día de puertas abiertas del Congreso. Y para ello son capaces incluso de “vender su alma al diablo”.
Se habla de una gran coalición PP-PSOE. Se rumorea de un acuerdo a tres bandas PP, PSOE, Ciudadanos o, absteniéndose estos dos últimos, dejar gobernar en minoría al PP (Una cosa es apoyar y otra distinta es abstenerse para permitir a otro formar gobierno). Se comenta que podría haber otra alternativa como la unión de PSOE y Podemos (con algunos otros más), como fuerzas más representativas de la ¿izquierda?, lo que llevaría a Pedro Sánchez a la Moncloa; pero esto tiene en contra a muchos de los barones del PSOE (no necesariamente varones), que ven como línea roja la aptitud de Podemos en favor de la autodeterminación de Cataluña y otras regiones de España. Podemos podría ceder a esto pero ¿cómo se lo plantea a sus socios catalanes, gallegos y valencianos? Porque hay que tener en cuenta que de los 69 escaños de Podemos, 12 son de “En Comu” (Cataluña), 9 de “Compromis” (C. Valenciana) y 6 de “En Marea-ANOVA-EU” (Galicia).
En fin, pueden haber aun más soluciones como la presentación de un candidato (o candidata) por parte del PP, distinto de Rajoy, que no sé cómo lo verían los demás. O la idea de Pablo Iglesias (no sé si de Podemos), de proponer como candidato a la presidencia del Gobierno a una persona que esté “por encima de partidos”. Una persona así, tendría que ser apolítico. ¿En quién estará pensando? Eso también sería ilegal porque, ni le conocemos ni le hemos votado.
También está el lector pensando en alguien, ¿verdad? Pero eso aparte de ilegal, sería una locura, revolucionario y demoledor de todas las leyes actuales, comenzando por la Constitución y el sistema de Estado Español. Y creo que “no está el horno pero ese tipo de bollos”.
Ante este panorama, yo me pregunto hasta qué punto esto es democracia. Creo que su nombre termina cuando los ciudadanos depositamos nuestras papeletas en las urnas. Con el paso del bipartidismo al cuatripartidismo, España se va al garete. Porque creo que ninguno estaría por la labor de anteponer los intereses de España a los intereses del partido y/o personales. Salvo, tal vez, Ciudadanos, absteniéndose tanto a la opción PP en solitario, como a la opción PSOE, también en solitario.
Al fin, como dice el refrán, “Más valía malo conocido que bueno por conocer”.Así que si el día antes de las elecciones pensaba esto:
Vamos a reflexionar.
No es ninguna tontería.
Que hasta te puede tocar,
el martes la lotería.
Pero pensándolo bien,
el domingo nos jugamos,
la ilusión de cuatro años
algo mejores que estamos.
Sólo de nuestro bolsillo.
No entendemos de política.
Le echamos la culpa a ella,
en situaciones críticas.
Pero pon tú de tu parte,
que al fin y al cabo eres quien,
con tu esfuerzo personal,
bienestar logras también.
No te quedes en la casa.
Ve a votar el domingo.
Y el lunes, a trabajar,
pensando en el escrutinio.
El día después pienso esto otro:
Ya pasó el 20D.
Cada cual participó.
Así es la democracia.
Nuestra misión terminó.
Después de tantos esfuerzos
y de tantas ilusiones,
ahora ellos harán …
lo que quieran sus barones.
Pero tranquilízate.
Nada especial te darán.
Que todito lo que quieras,
sólo lo has de lograr.
