Como todos ustedes saben, el euro nace el 1 de enero de 1999, aunque físicamente no es introducido hasta 3 años después, el 1 de enero de 2002. Y desde el principio los valores faciales o nominales de monedas y billetes fueron, respectivamente, de menor a mayor los siguientes:
Monedas: de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos de euro, y de 1 y 2 euros.
Billetes: de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros.
Pero de todo es sabido también que las monedas de 1 y 2 céntimos de euro, resultan prácticamente inútiles. Y los billetes de 100, 200 y 500 euros, casi totalmente desconocidos por el ciudadano normal.
Tanto es así que el billete de 500 euros comenzó a ser conocido popularmente (su nombre, no el billete en sí) con el mote de Bin Laden porque, decían que, “Todo el mundo sabe que existe, pero nadie lo ha visto”.
Resulta ser uno de los billetes (si no el que más) de mayor valor mundial (unas 83.193 de las antiguas pesetas) cuando el mayor valor de los que tuvimos en aquella moneda fue el de 10.000 pesetas).
Esto ha hecho desde entonces que el billete de 500 euros se convirtiera en una herramienta que ni pintada para ocultar, trapichear y evadir dinero negro, porque en muy poco espacio se puede portar grandes capitales. De ahí que recientemente (la semana pasada) el Banco Central Europeo (BCE) haya decidido dejar de imprimir nuevos billetes de esta denominación.
Pero, curiosamente, ha dejado en circulación los que existen en estos momentos, con lo cual la solución no es total, ni definitiva, ni inmediata. Pero sí bastante disuasoria, pues obligará a medio plazo a aflorar el dinero negro que pueda existir en esos billetes. Lo que constituye una cierta amnistía fiscal temporal encubierta.
Como datos curiosos, y para hacernos una idea, el volumen de billetes de 500 euros, en circulación en la zona euro en el año 2014, llegó a ser de 595 millones. Y gran cantidad se encuentran fuera de dicho círculo monetario. Y España, aunque inicialmente no fue autorizada a emitir billetes de 500 euros, llegó a tener en 2006, dentro de su territorio, la cuarta parte de todos estos billetes en aquella época, proporción que fue bajando rápidamente a raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Y para recuerdo en el pasado de algo que existió y la mayoría no vimos, vaya esta poesía:
El billete de 500 (Zéjel: Estrofa de origen mozárabe)
El billete de 500, no debió ser fabricado.
Así muchas transacciones, podrían haberse evitado.
Economías sumergidas, comisiones fraudulentas.
Evasión de capitales, para no pagar las rentas.
Mercados internacionales, que paraísos sustentan,
deberían estar prohibidos, y él los ha facilitado.
El billete de 500, no debió ser fabricado.
Así muchas transacciones, podrían haberse evitado.
Solución quieren poner, y el BCE ha decidido,
que se deje de imprimir, tan gran valor emitido.
Que muchos grandes desmanes, con él se han favorecido.
Surtirá algún remedio. Pero ya a toro pasado”.
El billete de 500, no debió ser fabricado.
Así muchas transacciones, podrían haberse evitado.