Ahora nos quieren vender
gobierno a la valenciana.
Sin pensar que en toda España
las regiones son hermanas.
Creo que ya confundimos
lo que es autonomía,
con algo más suculento:
temas de gastronomía.
Porque luego nos darán
si a ellos les da la gana,
nos guste o no nos guste,
“una crema … catalana”.
Pero sigamos ya puestos:
que tenemos bacalao,
hecho a la vizcaína
como saben en Bilbao.
Un buen pulpo a la gallega,
una fabada asturiana,
un cocido montañés
y una sopa castellana.
Tampoco nos olvidemos:
Exquisito es desde luego
en toda la otra Castilla,
con fama, el pisto manchego.
De Aragón recomendamos,
por más de que luego sobre:
un buen trozo de ternasco,
con patatas a lo pobre.
Y pimiento de piquillo,
de Navarra, se me antoja.
Regándose todo ello
con el vino de Rioja.
También otro plato fuerte,
con garbanzos, tocinito,
su carne y sus embutidos:
de Madrid, su cocidito.
Pasamos a Extremadura.
Y así, de una parte a otra …
nos quedamos sin dudarlo,
con el jamón de bellota.
Ya llegamos a lo nuestro.
Como fuente de salud,
abundante en vitaminas:
el buen gazpacho andaluz.
Ceutíes y melillenses.
No me olvido de ningunos.
En los dos sitios se comen,
muy buenos pinchos morunos.
Ahora tenemos los postres:
de Murcia, frutas variadas,
el plátano de Canarias,
y de Mallorca, ensaimadas.
¿Demasiada variedad?
Pues con pocos ingredientes …
una tortilla española,
le gusta a toda la gente.
No hay más que tener patatas,
meternos en la cocina,
aceite de oliva virgen
y dos huevos … de gallina.
Si no, muy pronto nos vemos
tomando vodka en Moscú
o en el norte de Marruecos,
con un plato de cuscús.