Breve historia de una ruina (Manuel Ramírez)

Leyendo la desestimación del recurso de casación que el Ayuntamiento de Ronda interpuso contra la sentencia que anulaba el Plan de Merinos Norte, resulta imposible no recordar todos los sucesos y nombres que han llevado a esta comunidad al callejón sin salida que se avecina.

Imposible no visualizar aquella moción de censura que dio entrada a los andalucistas a la alcaldía de Ronda, punto de inicio de esta deriva. El señor Marín Lara junto con sus socios del PP y el GIL impusieron un paso que ahora acaba aquí. Convenios de difícil cumplimiento con la empresa y estrambóticos decretos que nutrieron de un dinero malgastado después caprichosamente. En esta etapa hay que agradecer a las señoras Fernández y Barriga, así como al señor Herrera su decisiva intervención, con voto incluido, para que esto sucediera.

Con una empresa persiguiendo judicialmente a cualquier ecologista que osara salir a la calle, y un connivente alcalde, se llegó a las siguientes elecciones donde el PA ganó con holgura, gobernando otra vez junto al PP. Pero el tiempo corrió, y los castillos en el aire prometidos comenzaban a esfumarse, ya que no solo gastaban el dinero que la empresa les daba, gastaban lo que tenían y lo que no. Fruto de aquellos lodos, los embarrados créditos pedidos por la señora Fernández para pagar deudas.

En esto, surgió de la nada el Partido Socialista Obrero Español, sus ambiciosos estrategas vislumbraron un atajo que aliviaba su impaciencia por alcanzar el poder. El señor Benítez en el papel de mercurio desde su puerta giratoria de UNICAJA, intercedió y allanó el camino para dar cobijo a un alcalde ya acosado por la justicia. La presidenta del partido, señora Isabel Aguilera, el secretario, señor Cañestro y el eterno vicepresidente de UNICAJA, señor Juan Fraile Cantón, llegaron a compartir gobierno con al señor Marín. Todos ellos contribuyeron a la situación que ahora la sentencia del supremo hace inevitable.

Sin olvidar a las estrellas invitadas de la época: el señor Heredia y el señor Conejo. Muñidores desde la distancia de lo que ahora se cuenta en millones de euros a los que deben hacer frente los rondeños. Cómodos deben encontrarse en los altos cargos que ahora ocupan.

Como verán, todos los partidos que han llegado a gobernar Ronda han estado metidos hasta el cuello. Por mucho que ahora el PP intente presentar una olvidadiza cara, la alcaldesa nos debe una explicación. Por mucho que el PA intente vivir eternamente de un victimismo causado por sus miembros tránsfugas, es más verdad que en sus filas se fraguó este desastre. El PSOE todavía pasea a los señores Heredia y Conejo, mantiene al señor Fraile en UNICAJA, esconde al señor Benítez en el Parra Grossi, y pretende que por celebrar unas primarias se olvide todo.

Al rondeño de a pie, le queda humillación y vergüenza ajena producto de la operación Acinipo, una deuda municipal gigantesca y lo peor de todo, un futuro hipotecado por los actos de todos estos políticos. A poco que la empresa comience a apretar y haya que devolver los 17 millones la tensión va a subir y mucho.

Entre tanto todos aquellos que jugaron durante años con el Ayuntamiento a su particular batalla de almohadas, disfrutan de buenos puestos o se presentan de nuevo a las elecciones prometiéndonos un futuro mejor. De sus juegos tan solo quedan las plumas flotando en el aire.

A corto plazo, prepárense a escuchar las excusas más peregrinas, todos culparan al de enfrente, pero la realidad es que esta sentencia acaba con una etapa negra de la política rondeña, solo queda un último empujón electoral en mayo para que así sea.