Como consecuencia de una nota de prensa que fue remitida el pasado domingo por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, y en la que aparecía una incorrección, el prestigioso Dr. José Miramón, ha enviado un escrito a este periódico con el que desea aclarar una seria de cuestiones sobre esta información, que a continuación ofrecemos.
Todo se debe a que en la nota de prensa de Salud se indicaba que «a partir de la jubilación del médico internista, no oncólogo, que realizaba la atención a los pacientes…», frase esta que es incorrecta, ya que el Dr. Miramón cuenta con la titulación de especialista en Oncología. Puestos en contacto con los responsables de esta publicación, han explicado a este periódico que se ha tratado de una «errata».
No obstante, y para aclarar este asunto, reproducimos el escrito que el facultativo ha remitido a Diario Ronda:
«Soy consciente de la alarma que había generado la movilización de profesionales y personal sanitario denunciando el deterioro de la sanidad pública en general y también a nivel local, especialmente con algunas especialidades médicas donde la cobertura de médicos especialistas es difícil.
En concreto, en lo que yo he trabajado y lo que conozco que es la Oncología Médica, tras mi jubilación contrataron a dos médicos oncólogos jóvenes en Málaga para que compartieran trabajo entre el Hospital Clínico y Hospital de Ronda, al que acudirían sólo tres días a la semana. Lógicamente , al pasar de cinco días activos a tres, la lista de espera, especialmente de revisiones, ha ido en aumento. Todo ello, a pesar de que determinadas neoplasias que yo trataba y que son más complejas para oncólogos jóvenes, como son los linfomas se trasladaran directamente a Málaga.
Los contratos a estos oncólogos se renovaban cada mes, y muchas veces, el día antes del primero de mes no sabían si tenían que venir o no a Ronda dado que aún no habían renovado el nuevo contrato mensual. Pero no bastando con eso, a primeros de Junio le reducen el contrato al 50% por lo que parte de la actividad que ejercían en el Hospital Clínico y en el de Ronda quedaría aún más disminuida. Por todo ello, dentro del grupo de las enfermeras y auxiliares de oncología hicieron saltar la alarma al sindicato médico y a la Plataforma hospitalaria. En consecuencia hubo un escrito emitido ante los medios por el Dr Robira y a mí se me llamó de otro medio, el video Charry para una entrevista preguntándome como era la actividad oncológica previamente y como se había ido deteriorando. En conciencia, como el profesional que mejor conoce esta actividad, dado que durante casi tres décadas he estado dedicado a ella, y como ciudadano que observa el deterioro de la atención oncológica y como compañero al que los mismos médicos oncólogos que vienen a Ronda transmiten su mala situación acudí a ella exponiendo simplemente la verdad sobre la realidad actual.
Debió chirriar, pues he sido consciente que desde la Consejería pidieron la conferencia e información sobre mi al hospital de Ronda, según me ha confirmado José María Bel y prueba de ello es que inmediatamente aumentaron los contratos a los oncólogos al 100% y algunos días después han abierto dos consultas extras por las tardes para aliviar la lista de espera que en mi época eran las mejores de Andalucía. Sin embargo, ayer emitieron esta nota, tratando de dar a entender que la actividad la han ampliado a cinco días (cosa irreal porque de momento solo han ofrecido 6 consultas por las tardes) y la información tergiversada de que en Ronda el profesional jubilado era especialista en Medicina Interna y no oncólogo lo cual no es cierto.
tras la llamada de mi paciente que me pedía explicaciones, me llegaron las de mis compañeras enfermeras de oncología de Ronda. A ambas les mandé mis títulos de especialista primero en Medicina Interna y años después en Oncología Médica, títulos, como no, que figuraron siempre en mi expediente del hospital de la Serranía de Ronda.
Pero quizá para explicar esto, tal vez me tenga que retrotraer a los inicios de la actividad oncológica en la Serranía de Ronda allá a principio de los años ochenta llevado a cabo por el Dr. Joaquín Hita quien procediendo del hospital de la Paz de Madrid trajo todos los protocolos de tratamiento oncológico que él mismo aplicaba en Madrid y comenzó a tratar el cáncer en nuestro medio, en unos años en que la Clínica Sagrada Familia centro privado y concertado alcanzó un nivel de excelencia en el ámbito sanitario nacional, siendo uno de los hospitales de su tamaño mejor cualificado. Por entonces estos tratamientos los hacían los internistas, ya que acababa de crearse la especialidad de Oncología Médica. De hecho por aquellas fechas aún no había ningún oncólogo médico en Málaga y por supuesto el Hospital Clínico aún estaba en vías de construcción.
Con ello se evitó por aquel entonces enviar a muchos pacientes a Málaga a tratarse y estoy en disposición de decir que quizá aquí se hacía mejor oncología, la proveniente del Hospital de la Paz de Madrid, que en nuestra capital. Evidentemente, a la oferta le siguió la demanda y los tratamientos de pacientes con cáncer fueron aumentando, como una bola de nieve, progresivamente y mi antiguo jefe, el Dr. Hita echó mano de un buen internista de su equipo, el Dr. Maza, para que le ayudara en esa labor.
Por aquel entonces yo era un joven médico en formación que aspiraba a ser especialista en medicina Interna cosa que conseguiría cinco años después, pero me gustaba la oncología y mi jefe me puso a acompañar con frecuencia al Dr. Maza. terminé la especialidad y tenía los pacientes propios de Medicina Interna que también incluían los oncológicos. En ese tiempo la Clínica Sagrada Familia se integró en el Sistema Andaluz de Salud como un hospital comarcal que tenía ciertas particularidades que eran excepcionales en otros hospitales de tamaño similar, por ejemplo la actividad oncológica (el único hospital comarcal que la hacía por entonces), la nefrología y Hemodiálisis e incluso la Neurología.
Nunca se contemplaron posteriormente especialistas de Oncología ni Neurología en los comarcales. Ocurrió años después de estar ejerciendo como joven internista que el Dr Maza se traslada al hospital de Jerez y solo se queda el Dr Hita quien cada vez me demandaba más que me dedicara a los pacientes oncológicos que iban aumentando cada vez más. Pero siendo internista, ya salían las primeras promociones de oncólogos y me sentí en el deber de manifestar a mi jefe y a la dirección médica de aquel entonces que yo necesitaba una formación más específica y sacar la especialidad para no sentirme intruso en la reuniones y congresos. Por ello obtuve permiso en formación y me trasladé a Málaga al Hospital Clínico donde, con el conocimiento previo de un internista con más de una década de asistencia, conseguí realizar las prácticas y obtener mediante examen en Madrid el título de especialista en Oncología Médica. Cuando lo obtuve intentamos cambiar mi adscripción al hospital como oncólogo médico ya que previamente tenía plaza propia como internista, pero el sistema no lo permitió, en base a que no se contemplaban oncólogos fijos en los hospitales comarcales, pero nunca manifestaron que cesara esa actividad en nuestro centro, sino que se aumentó con farmacia, enfermería…etc.
Desde entonces soy miembro de la Sociedad Española y Andaluza de Oncología Médica y he trabajado integrado con el Servicio de Oncología del Hospital Clínico durante veinticinco años, llegando a ser el coordinador de los protocolos de tratamiento oncológico de los Hospitales Clínico de Málaga, Costa del Sol y Ronda. He compartido estudios y ponencias a congreso y publicaciones junto a ellos y en mi caso, en vez de venir un oncólogo de Málaga, era yo el que acudía periódicamente según demanda una o dos veces a Málaga para casos problemas, organizar traslados…etc de pacientes de la Serranía.
En una ocasión tuve un accidente en carretera con un jabalí que pudo costarme la vida y los gastos del accidente jamás los cubrió el SAS a pesar de que iba a trabajar al Hospital Clínico (a los oncólogos ahora los traen en taxi). Y esa es mi historia hasta mi jubilación, donde el mayor pago ha sido sentirme útil. Por eso, cuando hablaba esta mañana con José Maria Bel sobre el escrito en que dicen que no soy oncólogo le recordé que traté a su madre y pensando en que ejerces en el gabinete de prensa de Mari Paz Fernández a la que me une una buen estima por haber tratado casi veinte años a su madre, no podía entender cuál era el fin y el objetivo de esa nota, que sin duda, ahora lo entiendo, por querer desinformar o por no tener fuentes con buena información que desconocen toda la historia que me he permitido contarte, dejaron a entender que durante años en ronda no ha existido oncólogo y ahora los van a mandar, cosa totalmente falsa.
Por ello hoy le he pedido a José María Bel que solicite una rectificación a la subdelegación, que dudo que hagan, a pesar de que ello perjudica al propio hospital, porque de qué otra forma pueden justificar el mayor gasto farmacéutico que ha existido en nuestro centro durante años, que ha sido el tratamiento oncológico.
Para terminar, si os solicito una rectificación, sinceramente no lo hago por mí que ya llevo muchos tiros dados, sino por los miles de pacientes a los que he tratado en toda la Serranía que podrían sentirse engañados o estafados pensando que no los trató un especialista en Oncología Médica. Prueba de ello es la nota que recibí anoche de una paciente pidiéndome, a su manera, explicaciones cuando leyó que yo no era oncólogo.
Te adjunto como prueba unas fotografías de mis títulos de especialista en Medicina Interna y en oncología Médica
Muchas gracias por tu atención».
Pepe Miramón
Ana Pineda Conde
Uno de los mejores oncólogos de la serranía de Ronda y de gran prestigio
Un facultativo especialista
Qué tema tan grave. Respetos y reconocimiento al companero Dr. Miramón, bien se ha ganado su retiro profesional. Todos sabemos los juegos del SAS. Me gustaría que todo el mundo pidiera el título a los profesionales especialistas que les atienden. Actualmente buena parte de las nuevas incoporaciones carecen de un título reconocido y sin embargo se les contrata, en la mayoría de las especialidades, nadie pregunta, los que estamos dentro ya sabemos lo que hay. Si no cuidamos la sanidad pública pagamos todos.