Una incidencia en el trono del Silencio provocó que esta hermandad rondeña del Miércoles Santo iniciase su estación de penitencia más de una hora más tarde del horario oficial. Un problema en la altura de la cruz del Cristo impedía la salida del trono por la puerta del Obispo, lo que obligó a los cofrades a realizar una serie de reparaciones de última hora, hasta que quedó solventado el problema.
Así, en lugar de abrirse las puertas de la colegiata de Santa María la Mayor a las 11.00 horas del Miércoles Santo, ocurrió a las 00,11 horas, ya en la madrugada del Jueves Santo.
Pero pese a esta circunstancia, el público aplaudió con entusiasmo cuando se abrió el toldo y apareció con toda su candelería encendida el trono de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor (El Silencio).
En la plaza Duquesa de Parcent el sonido de las cadenas que arrastraban los penitentes, las luces de las velas y el sonido del Grupo de Capilla Sibit con sus cantos gregorianos, envolvían el ambiente y cautivaban los corazones de los presentes. También, desde uno de los balcones de la colegiata se interpretó con una trompeta la marcha del silencio, en un momento muy entrañable.
Tras ellos el impresionante trono de horquilleros, dorado e iluminado a la perfección. El tambor marcaba el ritmo en una noche de recogimiento y de oración.
El Silencio ha tenido que esperar tres años para poder realizar su estación de penitencia, ya que además de los dos últimos que no pudo hacerlo por la pandemia, en 2019 tampoco pudo salir por amenaza de lluvia.
Como estrenos, este año presentaba la nueva Cruz del Santísimo Cristo de la Sangre, que a la postre fue la que motivó el retraso.
