Miércoles Santo en Ronda, calles en penumbra, la Luna sobre el Puente Nuevo y miles de personas agolpadas en las aceras a la espera del paso de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Mayor Dolor (El Silencio).
Fiel al momento cofrade, a las 11.00 horas se daban los tres golpes en la madera de la Puerta del Obispo, en la colegiata de Santa María la Mayor, desde donde se iniciaba el cortejo en el que participaron más de 350 hermanos. ¡Silencio! fue la única palabra que se escuchó.
En la plaza Duquesa de Parcent el sonido de las cadenas que arrastraban los penitentes, las luces de las velas y el sonido del Grupo de Capilla Sibit del Coro Joven de Sevilla, envolvían el ambiente y cautivaban los corazones de los presentes.
Tras ellos el impresionante trono de horquilleros, dorado e iluminado a la perfección. El tambor marcaba el ritmo en una noche de recogimiento y de oración.
Este año los estrenos que ofrecía esta cofradía se centraban en la mejoras realizadas en el dorado del trono, varas de representación, cirilales incensario y navetas.
El centro de Ronda también se apagó para ver pasar los pecados capitales en una de las estaciones de penitencia con más tradición y que marca la Semana Santa en la ciudad del Tajo.