Memoria/Grecia (Francisco Pimentel)

En Marzo del 2014 un grupo de representantes de asociaciones de la memoria histórica estuvimos en Bruselas semi-invitados por la Junta de Andalucía para demandar al parlamento europeo su interés por la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de la agresión nazi-franquista.

Una vez más fuimos utilizados y manipulados por intereses partidistas con fines electorales por lo que aquello resultó decepcionante. Pero yo y los representantes del Marrufo, Miguel y Fran, tuvimos la ocasión de vivir un momento extraordinario. Ya habíamos sufrido toda la burocracia y salíamos del parlamento para volver a Andalucía tirando por un lugar poco transitado donde hay un monumento al euro. Es una escultura de metal de varios metros de altura con unas figuras, que pudieran representar a los pueblos de Europa, coronadas por el símbolo del euro (€). Estábamos mirando eso tan horrible cuando un grupo de hombre y mujeres de varias edades llegaron con unas grandes bolsas, de las que sacaron 15 ò 20 muñecos-bebés-muertos que colocaron por todos lados en el monumento e hicieron varias fotos. Todo en cuestión de 30 segundos. Como hacíamos pintadas en tiempos de Franco. Recogieron los muñecos y ya se iban cuando les pedí que nos explicaran qué era lo que pasaba. En inglés, uno que era parlamentario alemán nos dijo que el hombre mayor era un famoso médico griego que estaba protestando porque más de la mitad de los bebés que en Grecia nacían se morían a causa de las penurias que estaban pasando. Y esas fotos era para una de las campañas de protesta. Todo fue muy rápido y desaparecieron tan rápidamente como aparecieron. Para mí fue lo mejor del viaje a esa cámara de los horrores capitalista que es el parlamento europeo.

¿Cuantos médicos tenemos en Ronda que harían algo parecido? Tenemos muchos médicos y enfermeros pero, son todos cumplidores del juramento de Hipócrates? Muchos sí, pero muchos priman la adoración al becerro de oro siendo la sanidad un mero ejercicio rutinario para justificar un alto nivel de vida. Para mi quedó patente en Noviembre del año pasado, durante mi huelga de hambre en el muro de los fusilamientos del cementerio. Solamente un médico vino para interesarse por mi salud. Alguien a quien yo no conocía de nada estuvo pendiente a mis constantes vitales durante los 15 días de la huelga, aire, agua y frío que pasé en protesta contra la agresión a la memoria de nuestros familiares víctimas del nazi-franquismo. Los problemas hospitalarios se los hemos venido achacando a la obsolescencia del edificio y esperando que con la construcción del nuevo se resuelva. Pero puede ocurrir lo mismo que con nuestro sistema político: que cambie la fachada pero la podredumbre siga por dentro. Ya lo decían los cánticos pareados de las manifestaciones del 15M: “Parece democracia y no lo es, es una dictadura y no se ve”. Volveremos sobre esto para defender la verdad, la justicia y la reparación que necesitamos.

Pero me quedan unos renglones para lo de Grecia extractando y arreglando un escrito que he recibido de Paco de Jerez (www.todos los rostros): Visigodos, burgundios, francos, sajones, anglos, teutones fueron acogidos por nosotros ante el ataque de los hunos. Sin embargo nuestra hospitalidad fue utilizada para invadirnos y saquearnos. Siglos tras siglos los mismos invasores, asesinos, los mismos invasores, amos de Grecia y España, dos pueblos libres contra los bárbaros nazis y franquistas.

Esos mismos alemanes que pretenden dar lecciones de ética financiera al noble pueblo griego mientras le oprimen su cuello con la extorsión económica, para que los griegos paguen con hambre, precariedad y muerte los préstamos que nunca pidieron para comprar tanques y aviones alemanes que nunca quisieron tener; esos bárbaros que determinan cómo han de funcionar los mercado para que sean el centro y el norte de Europa quien siga pisoteándonos; esos alemanes que maquillaron la realidad para que nuestros políticos portugueses, griegos y españoles de toda especie, gañanes locales de la oligarquía europea, nos obligaran a asumir la devaluación de nuestra economía para convertirla en tributaria y dependiente de la alemana; que nos tratan con desprecio; que quieren seguir dominando obligándonos a privatizar servicios públicos esenciales para beneficiar a sus empresas transnacionales, amenazándonos con corralitos, catástrofes y caos; esos alemanes que expolian nuestro dinero y nuestras riquezas son los que se niegan a pagar las obligadas reparaciones de guerra a los estados griego y español, los que provocaron en Grecia millones de muertos por ataques, bombardeos, hambrunas y atrocidades contra la población desarmada; y también son los que ayudaron a Franco a masacrarnos conjuntamente, en Ronda, en Málaga, en Almería, en Cartagena, en Madrid, en Guernica, en Asturias, en Cantabria, en Teruel, en el Ebro, en Aragón, en Bilbao, en Gijón, en Avilés, en Barcelona, en Lérida, Tarragona, Reus, Valencia, Sagunto, Alicante, etc. etc. etc.

No es posible aportar aquí una relación exhaustiva de las cientos de poblaciones dañadas o destruidas por los nazis alemanes en España. Las mencionadas líneas arriba son sólo una simple muestra del resultado de la barbarie nazi alemana en nuestro suelo. Y menos todavía es factible realizar una valoración sobre cual sería la cuantía monetaria de la reparación de guerra económica que el Estado alemán debiera abonar a España y a Grecia como compensación por sus brutalidades, sus salvajadas y sus crímenes. Pero tengo por cierto que no hay en el Bundestag ni en el Deutsche Bundesbank ni en todos los bancos privados y públicos alemanes el suficiente oro, los necesarios euros, la obligada capacidad crítica y la preceptiva vergüenza para pedir perdón a los pueblos griego y español, para repararnos el daño causado y para asumir la necesaria penitencia por tanta soberbia daniña, por tanto engreimiento y por tanto ultraje y menosprecio cometido sobre pueblos y naciones libres.