Una de las okupas que asaltaron y se instalaron en una vivienda adosada del barrio de San Francisco, la ha abandonado recientemente después de haber denunciado a su pareja, con la que convivía en el inmueble, por un presunto delito de violencia machista, según han informado a este periódico fuentes policiales.
Fue el pasado martes 4 de febrero cuando la mujer, de mediana edad y de nacionalidad argelina, presentó la denuncia contra el que era su pareja, un varón de nacionalidad marroquí, por presuntos malos tratos. A raíz de ello dos dotaciones de la Policía Nacional, con más de ocho agentes, se personaron en el inmueble ocupado, situado en la calle Historiador Rivera Valenzuela, nº 24, y trasladaron a la mujer al área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, que la alojó durante una noche en un establecimiento hotelero de la ciudad.
Posteriormente, y siguiendo el protocolo en casos de violencia de género, fue trasladada hasta una casa de cogida de mujeres maltratadas de otro municipio de la comunidad andaluza.
De momento se desconoce la situación judicial en la que se encuentra el presunto agresor, ya que la Policía Nacional no ha ofrecido ninguna información al respecto. No obstante, algunos vecinos afirman haberlo visto estos días entrando y saliendo de la vivienda ocupada.
Ocupación
Fue el pasado 30 de noviembre de 2024, cuando un grupo de personas, de nacionalidad argelina y marroquí, ocuparon de forma ilegal una vivienda situada en el barrio de San Francisco, según informaron fuentes policiales.
Los okupas, tras forzar la cerradura se alojaron en la vivienda, situada en calle Historiador Rivera Valenzuela, número 24, lo que ha generado una gran alarma entre los vecinos que han mostrado su preocupación ante esta situación.
El propietario de la vivienda ya ha puesto la correspondiente denuncia en la Comisaría de Policía, y se está a la espera de lo que dictamine el juez de guardia.
Hasta ahora se había visto a una pareja, formada por una mujer y un hombre, cogiendo agua de una fuente situada en el parque, ya que el inmueble carece de agua. Pese a estar en situación ilegal, los okupas han logrado contratar el suministro eléctrico.
Tras lo ocurrido días atrás, ahora únicamente reside el hombre en la vivienda asaltada.
