Los nervios están a flor de piel este miércoles en la calle Chica, sede del PSOE de Ronda, después de conocerse la marcha forzada de Juan Espadas como secretario general de los socialistas andaluces, y el regreso de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para ponerse al frente del ‘ejército de Pancho Villa’ en el que se ha convertido en los últimos tiempos este partido en el sur de España.
Y es que muchos de los cargos socialistas rondeños dependen directamente del mandato de Juan Espadas, empezando por la propia secretaria general y parlamentaria andaluza, Isabel Aguilera, quien durante los últimos años se ha situado en la estela de este derrocado líder.
Aguilera, quien siempre se ha caracterizado por colocarse de forma sibilina junto a quien manda en el PSOE andaluz, ahora con toda seguridad, tras la caída de Espadas, intentará por todos los medios hacerse un hueco en la nueva dirección regional que encabezará María Jesús Montero, aunque en esta ocasión lo tendrá más difícil, ya que desde siempre ha apostado de forma clara e irrevocable por quien ahora ha recibido el desprecio de Pedro Sánchez.
Isabel Aguilera, quien logró ser alguien en el PSOE andaluz gracias al paraguas que le prestó la ex consejera de Agricultura y actual eurodiputada, Clara Aguilera (curiosa similitud de apellidos), siempre se ha paseado por las alfombras de palacio, desde Sevilla a Bruselas, hasta aterrizar de nuevo en Ronda para ser candidata a la Alcaldía y ser derrotada por la popular Fernández.
Tras comprobar que aquí sus pretensiones políticas se quedarían en ser una mera portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento, optó por largarse de Ronda y buscar fortuna nuevamente en Sevilla, donde siguió medrando hasta hacerse con la confianza de Espadas y ser colocada como número dos por Málaga en las listas electorales al Parlamento Andaluz.
En este puesto de parlamentaria andaluza, alejada por completo de la Ciudad del Tajo, tampoco ha dado muestras tener interés por su tierra, donde por cierto mantiene un puesto de trabajo de funcionaria en excedencia en el SAE, logrado sin haber superado ninguna prueba u oposición y que consiguió simplemente por ser una socialista con buenos contactos.
Ahora las cosas han dado un giro inesperado, y si Aguilera no logra actuar como siempre lo ha hecho, de forma suavona, se le complicarán las cosas y puede que deje de andar por carril seguro para adentrarse en la cuerda floja.
Y su compañero de partido, Francisco Cañestro, puede encontrarse en la misma situación. Es amigo íntimo del (de momento) secretario provincial del PSOE, Daniel Pérez, quien le ha propiciado un puesto de cargo de confianza en la Diputación de Málaga, donde gana incluso más que la propia alcaldesa de Ronda.
Pero ahora también está cuestionado Daniel Pérez, y si él cae, comienza el efecto dominó en el que más cargos socialistas pueden perder todas las prebendas que han venido acumulando con su juego de tronos.
Puede que en las próximas semanas se anime la cosa.
