La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a seis meses de prisión a cada uno de los seis bomberos forestales del Infoca que han sido juzgados por el gran incendio que en 2012 arrasó casi 800 hectáreas de Pujerra y Júzcar, en la Serranía de Ronda.
Según la sentencia, que ha adelantado La Opinión de Málaga, los acusados, del retén de Igualeja, son responsables de un delito de incendio forestal por imprudencia grave que cometieron durante unos trabajos preventivos que tenían el objetivo de formar una faja auxiliar cortafuegos que implicaba la eliminación de residuos vegetales mediante el uso del fuego. Además de la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, el fallo impone a cada acusado el mismo periodo de multa a razón de 10 euros diarios (1.800 euros).
El escrito considera que dos de las tres quemas que realizaron aquel día no se apagaron con agua y fueron abandonadas antes de su total extinción, lo que provocó que el fuerte viento que había en la zona aquella jornada reactivara las llamas y las propagara con gran rapidez. La sentencia también les condena a pagar casi 640.000 euros de indemnización a los propietarios de las fincas afectadas, entre los que hay tres particulares, una empresa y la propia Junta de Andalucía, administración que hará frente a estos gastos y a los de extinción como responsable civil subsidiaria, puesto que el grupo desarrolló los trabajos como empleados de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (AMAYA).
Los hechos probados sitúan el punto inicial del incendio en un punto que existe entre la pista forestal asfaltada de Pujerra y el Puerto de la Alanadillas, en el término municipal de Pujerra. Aquel 3 de febrero de 2012, los miembros del retén hicieron tres hogueras, dos en la cuneta y una en el arcén contrario, de la pista forestal asfaltada que comunica Pujerra con la A-397 para eliminar los residuos vegetales. El escrito explica que las dos hogueras de la cuneta no contaban con el perímetro de seguridad necesario de 50 centímetros, no se apagaron con agua y fueron abandonadas antes de su completa extinción, dejándose a merced del fuerte viento reinante en la zona en aquella fecha a pesar de que existía un aviso de meteorología adversa (ola de frío y seco siberiano e intensidad de viento alta) para el riesgo de incendios y su propagación.
Estas condiciones provocaron que dichas hogueras fueran reavivadas, propagándose el fuego hacia arriba por una ladera de castaños sobre la que había un tapizado de hojarasca seca y por una tira de matorral existente junto a un cortafuegos, llegando así hasta una línea divisoria de aguas por la que circulaba un camino de tierra.
Debido al fuerte viento, las pavesas volaron, cruzaron el camino y originaron focos secundarios en el pinar existente al otro lado, de forma que el incendio siguió extendiéndose hacia el sur. Este fuego fue detectado al día siguiente, 4 de Febrero de 2012 a las 11,15 horas, dándose por controlado a las 6,00 horas del día 6 de Febrero de 2012 y quedando extinguido a las 19,30 horas del día 7 de Febrero de 2012, quedando afectadas un total de 788,65 hectáreas de masa forestal.