Ronda ya ha dejado de ser la localidad de la Serranía…, o, mejor dicho, de toda Andalucía que tenía la peor piscina de verano. Ya era hora: ya tenemos piscina, y qué piscina, oigan.
Se estrenó este verano, después de años de promesas incumplidas, después de años de dejadez. Y, aunque se podría decir que la “espera ha merecido la pena”, la verdad es que no, que la piscina ha quedado fenomenal pero hemos estado varios años sin ella por la desidia e incapacidad para conseguir proyectos por parte de los gobernantes que, en más de tres años, no movieron ni una piedra.
Ha tenido que llegar esta alcaldesa que tenemos, Mari Paz Fernández, para que los rondeños volvamos a poder disfrutar de una piscina municipal decente, acorde con las necesidades de una ciudad que es el epicentro de la comarca y de toda la Serranía.
Cerca de la piscina, también se ha actuado: en el nuevo parque de la Cruz de San Jorge, que ha pasado de ser un lugar abandonado, y con visos de convertirse en un estercolero, a ser un lugar donde poder pasear y echar un buen rato disfrutando. Y, del mismo modo, se está trabajando en los alrededores de la iglesia de San Rafael, en la plaza Tobalo, donde quedará otro espacio abierto, público y de esparcimiento para los vecinos.
Todavía en la misma zona, cerca, ya han comenzado los primeros movimientos y trabajos, de la primera fase, en la obra que va a cambiar toda la fisonomía de los terrenos que rodean la antigua piscina municipal: desde la que fue Casa de la Juventud hasta el recinto ferial antiguo. Otra inversión muy importante de la que podremos disfrutar todos los rondeños y de la que se van a beneficiar especialmente los vecinos de San Rafael, de la UVA y de la avenida de Málaga y zona de los juzgados.
El campo de fútbol de la Ciudad Deportiva también va a quedar de lujo: un campo de césped artificial que permitirá poder multiplicar los entrenamientos y los usuarios, además de facilitar y abaratar los costes de mantenimiento.
Y no sólo en los barrios, en el centro de la ciudad se sigue apostando por nuestro Patrimonio que, al fin y al cabo, es lo que más economía genera para los rondeños, a través del turismo.
La histórica Alameda del Tajo, ese espacio de tranquilidad y asueto, con sus rincones sombreados, con sus vistas casi infinitas, se está poniendo de gala: una obra que se está cuidando al máximo detalle, piedra a piedra, baldosa a baldosa.
Hace ya tiempo que se celebraron los doscientos años de vida de este histórico lugar, tan céntrico y emblemático. Aunque años atrás ya se han realizado obras en ella, ninguna ha sido tan importante y artística como la que se está ejecutando ahora. La Alameda va a quedar de lujo, a la altura de donde debe estar el Patrimonio de Ronda.
Parece que la alcaldesa, Mari Paz Fernández, sí es consciente de lo importante y necesario que es conservar, reparar e invertir en nuestros Bienes de Interés Cultural.
Un montón de obras, inversiones e instalaciones que están mejorando la ciudad, transformándola, haciéndola más atractiva, más humana y amable… pero, del número interminable de actuaciones que se están haciendo, hay una que es diferente, porque se está finalizando después de muchos meses, y mucho dinero invertido, en un lugar donde no se había acometido un proyecto similar desde que se construyó ese barrio: la barriada del Fuerte.
En esta barriada se ha levantado hasta la última baldosa, se han asfaltado las calles, se ha pintado y actualizado la señalización, se han construido rampas para adaptar las aceras al transito de personas con limitaciones y para las personas mayores… Se ha cambiado la barriada totalmente.
Llevamos algún tiempo encontrándonos multitud de obras por toda la ciudad. Un auténtico hito en la historia de las inversiones y del desarrollo de Ronda. Muchas actuaciones dirigidas a resolver problemas antiguos y endémicos que llevaban decenas de años atascados, que han sido objeto de muchas promesas electorales, pero que eso han sido…: promesas. Promesas sin cumplir.
Por el contrario, Mari Paz está demostrando, día a día, que “el movimiento se demuestra andando”. Y lo que queda, según nos comenta ella: esto no ha hecho más que empezar.
La Pasarela del fondo del Tajo, un macro aparcamiento en San Francisco, la estación nueva de autobuses… son tantas obras que habrá que seguir comentándolas.