Los XX Cursos de Verano de la Universidad de Málaga han arrancado con el seminario “Retos de la ganadería del futuro”, que durante dos jornadas propondrá un debate sobre el sector a través de testimonios de profesionales, con la participación de una treintena de alumnos. La presentación de esta nueva cita estival en la sede decana ha corrido a cargo de la alcaldesa del municipio, María de la Paz Fernández, que ha estado acompañada por el coordinador académico de Empresa de la FGUMA, Antonio María Lara. La regidora se ha referido a esta oferta formativa como un hito importante cada año en el comienzo del verano en la localidad y ha agradecido a la Universidad esta apuesta por trasladar las aulas al interior de la provincia, mostrando su voluntad de prolongar la colaboración con la institución académica. “Queremos no solo que se mantenga esta buena relación con la UMA, sino incrementar su peso y presencia en la ciudad. Estoy convencida de que vamos a crear más vínculos importantes”, ha resumido. En la misma línea se ha manifestado Lara, que ha recalcado la buena sintonía entre ambas entidades y ha reconocido la implicación en este proyecto de diferentes colectivos y agentes sociales locales.
Tras la bienvenida de las autoridades, Ramón Armengol, presidente de la Confederación General de Cooperativas Agrícolas (COGECA), ha pronunciado la primera ponencia que estrena el catálogo formativo en la ciudad del Tajo, centrada en dar la visión de las cooperativas ganaderas sobre el sector en Europa. El representante ha definido a España como una potencia en el mundo agroalimentario, la tercera a nivel europeo, superada únicamente por Francia e Italia, aunque liderando el mapa en términos de competitividad. “Hay informes que corroboran que España es el país más competitivo a nivel agrario. Como agricultor, me siento muy satisfecho de esta evolución”, ha afirmado el conferenciante, incidiendo en que esta trayectoria se traduce en buenos resultados económicos. A pesar de este contexto positivo, Armengol ha reconocido que el conflicto en Ucrania repercute directamente al sector, ya que nuestro país es dependiente de las importaciones de materias primas como el cereal, del que Ucrania era un suministrador principal. Para ello, las líneas de trabajo según Armengol se dirigen a buscar mercados alternativos, encontrando en el maíz francés y la soja brasileña las nuevas fuentes de provisión.
No obstante, para el presidente de COGECA, el mayor reto al que se enfrenta la ganadería en Europa es hacer frente a la percepción que se tiene del sector, ya que se cuestiona su sostenibilidad en términos medioambientales. Armengol ha lamentado que se culpabiliza al consumo de carne del impacto directo en las emisiones asociadas a la contaminación y ha tratado de refutar esta idea en su ponencia aportando datos, aunque ha asumido parte de esta responsabilidad y ha revelado que los esfuerzos deben encaminarse en reducir estas emisiones para conseguir un modelo más sostenible.
En contraposición, Inmaculada Lozano, portavoz de la coordinadora estatal Stop Ganadería Industrial, ha criticado el modelo de ganadería intensiva, conocido comúnmente como “macrogranjas”, no solo por su huella ambiental, sino también por el impacto en la salud de la población o en el desarrollo y economía de los municipios en las que se instalan. Estos promotores de ganado presumen de que generan riqueza en la zona, de que fijan población y crean empleo, pero lo que vemos es que realmente el pueblo se queda vacío, porque ¿quién quiere vivir en un lugar donde no puede ni abrir la ventana?”, ha criticado. Lozano ha argumentado que el principal problema se encuentra en los residuos que se filtran al agua, ya que los purines contaminan las reservas y, al no tratarse bien, llegan directamente al consumidor por el agua del grifo, afectando a la potabilidad. “Por ello, ha defendido alternativas para el sector que pasan por un modelo extensivo, que, además mida las cabezas de animales que caben por territorio, para que las afecciones tanto a nivel ecológico como de salud no sean tan graves.
Los Cursos de Verano de la UMA, organizados por su Fundación General, cuentan con la colaboración en Ronda con el Ayuntamiento de la ciudad, el patrocinio principal de Banco Santander y el apoyo de entidades como Roche, la Fundación Olivares, Dismupren, el Consejo Regulador Denominación de Origen Málaga y la Academia Gastronómica de Málaga.