El auge del vehículo eléctrico plantea un nuevo reto para quienes se dedican al tratamiento y reciclado de las piezas de desguace. Y es que la recuperación de las baterías de estos vehículos requiere cambiar radicalmente el procedimiento que se venía utilizando hasta ahora.
De este tema hemos charlado con el propietario de una empresa de desguaces en murcia y estas son las conclusiones que hemos sacado de la conversación:
La problemática de los vehículos eléctricos
La batería de un coche es una de las piezas de desguace más contaminantes en cualquier vehículo de combustión.
Ese potencial tóxico se multiplicará exponencialmente en un futuro no muy lejano, cuando los coches eléctricos comiencen a ser una parte importante de los vehículos tratados en los desguaces.
Para afrontar el problema, es necesario desarrollar un plan integral de aprovechamiento de las enormes baterías de los coches eléctricos en torno a tres puntos básicos: reutilización, reaprovechamiento y reciclaje.
Reutilización
La reutilización se consigue de forma relativamente fácil con ciertos tipos de piezas. Un buen ejemplo son los motores usados y garantizados que podemos encontrar en la plataforma https://www.motoresdyg.com/.
Pero esto no es tan sencillo con las baterías de los vehículos convencionales y, mucho menos, con las de los vehículos híbridos o 100% eléctricos. Lo que sí resulta evidente es que la forma más directa de evitar que la batería de un coche eléctrico se convierta en un problema es que vuelva a utilizarse en otro vehículo eléctrico.
En este sentido, no está tan lejos el día en que exista un amplio mercado de baterías reacondicionadas, con la colaboración de las empresas de desguace. Tan solo es necesario que el número de vehículos eléctricos en uso aumente lo suficiente, de tal manera que la demanda de baterías reacondicionadas pueda cubrirse con las procedentes de los coches usados o desguazados.
Reaprovechamiento
Pero por muy inteligente y efectivo que sea el procedimiento de reutilización de una pieza de desguace, a nadie se le escapa que llegará el momento en que esta ya no pueda volver a reutilizarse.
Este principio aplica también para las baterías. Aquí es donde debe valorarse la posibilidad de reaprovechamiento, el paso previo al reciclaje. Y es que puede que una batería reutilizada ya no sea apta para satisfacer los requerimientos del motor eléctrico de un coche, pero puede reaprovecharse para otras aplicaciones.
¿Cómo? En usos menos exigentes. Por ejemplo, para alimentar carretillas elevadoras (que no precisan de rodar grandes kilometrajes sin recargar), como acumuladores para aparatos de calefacción y calentamiento de agua o como baterías para la iluminación LED de emergencia en edificios completos.
Reciclaje
Sin embargo, antes o después, cualquier batería llegará al final efectivo de su vida útil. Es aquí donde es preciso separar y recuperar los materiales de las baterías.
En este sentido, J. B. Straubel, exdirector tecnológico de Tesla, afirma que las mayores minas de litio y cobalto del mundo occidental serán las baterías de los coches eléctricos. Y nosotros añadimos que en la labor de “extracción” de estos materiales será fundamental el papel de las empresas de desguace.