Buena tarde de toros han dado Roca Rey y Pablo Aguado en la 64 edición de la tradicional Corrida Goyesca de Ronda. Los dos han salido a hombros después de cortar cuatro orejas el primero y tres el sevillano. Ha sido una tarde llena de contenido, con grandes faenas de los dos toreros, que rivalizaron en el ruedo y que ofrecieron lo mejor de sí mismos a los aficionados. El resultado fue una Goyesca de altos vuelos que volvió a convertir a Ronda en el centro del mundo taurino en este primer fin de semana de septiembre.
Ficha
Se lidiaron toros de Jandilla-Vegahermosa, bien presentados y de buen juego los 4 últimos.
Roca Rey, ovación, dos orejas y dos orejas.
Pablo Aguado, ovación, oreja y dos orejas.
Por primera vez, Cayetana Rivera Martínez de Irujo fue presidenta de las Damas Goyescas de Ronda, como lo fueron sus dos abuelas, ocupando un lugar en el palco presidencial de la plaza junto a otras damas, entre ellas Carmen Rivera Montes, la hija pequeña de Francisco Rivera Ordóñez.
Roca Rey recibió al primero de la tarde con lances ganando terreno. El de Jandilla recibió un puyazo y el viento molestó al torero en el inicio de la faena. Muy firme, el peruano logró meter al toro en la muleta y logró dos series de trazo largo con la derecha, la segunda rematada con un largo pase de pecho casi circular. También al natural logró llevar larga la embestida de este primero para después concluir con una última serie de mano baja y mucho poder. Se adornó con manoletinas antes de pinchar, perdiendo un posible triunfo.
Roca Rey recibió muy bien a la verónica al tercero, rematando de forma vistosa con un recorte soltando el capote de una mano. El quite por chicuelinas fue ajustadisimo y el toro se dolió mucho en banderillas. Roca brindó al público y comenzó con estatuarios de gran quietud y aguante. Cuando se puso por el lado derecho encontró una embestida rebrincada y brusca, lo que le hizo cambiar a la zurda. Por ahí tampoco fue fácil el de Jandilla, pero el torero mostró firmeza y se empleó a fondo en una labor de valor y mucho mérito en la que se jugó el tipo con serenidad y aplomo. Terminó incluso toreando con mano baja y dominio por el lado derecho, por donde parecía que el toro no tenía ni un pase. Mató de gran estocada y le fueron concedidas dos orejas.
Roca Rey brindó al futbolista Joaquín el quinto y último de su lote y comenzó la faena con las dos rodillas en tierra toreando por alto y dando un pase cambiado por la espalda antes de torear en redondo. Comenzó la faena con la derecha en los medios ligando series de muletazos largos y templados, dejando la muleta siempre puesta. Fue una labor de aplomo y muy completa que terminó con bernardinas y que volvió a rubricar con la espada, aunque el toro tardó en caer y tuvo que descabellar. Esto no fue impedimento para que su gran faena fuera premiada con las dos orejas.
El primero de Pablo Aguado fue un toro colorao de muy buenas hechuras. El sevillano salió con ganas y dejó lances destacables, sobre todo uno por el lado derecho que fue muy largo. El toro derribó en el primer puyazo y Aguado brindó a Cayetano, que presenciaba la corrida desde un tendido al no poder torear por su lesión de costillas. Después comenzó la faena con suavidad y se puso por el lado derecho, componiendo la figura y toreando con temple. El toro fue a menos y, de uno en uno, dio buenos naturales. Hizo todo lo posible Pablo hasta que el toro se agotó. Mató de estocada y fue ovacionado.
El segundo del lote de Aguado no le permitió lucimiento de salida, pero sí en el quite por chicuelinas. Pablo firmó un garboso comienzo de faena y templó mucho en la la dos primeras series con la derecha. Por el lado izquierdo sufrió un inoportuno desarme pero se repuso y también dejó muletazos de mucha calidad por ese pitón. Sobre todo hubo una última serie para enmarcar por lentitud y estética. Para finalizar se adornó andándole con mucha torería antes de matar al segundo intento. Oreja.
Pablo Aguado, espoleado por el triunfo de Roca Rey en el quinto, recibió al sexto con una larga cambiada de rodillas y buenos lances. La faena de muleta la empezó con muletazos de precioso trazo. La pena es que el toro, de buena condición, se fue agotando pronto. A pesar de ello, Aguado lo toreó con empaque por el lado derecho primero y también al natural, espaciando los muletazos y logrando los mejores momentos con esa mano zurda. Todo acompañado con el pasodoble la Concha Flamenca, que puso precioso fondo musical a la faena. Una última serie con la derecha puso broche de oro a su labor. Mató de estocada y paseó las dos orejas.