A pesar de que es la defensa oral la parte que suele despertar una mayor preocupación entre los estudiantes, la calidad de la redacción es un aspecto fundamental para obtener el aprobado en el TFG y es juzgado como una consideración aparte por el tribunal evaluador, que no solo pone el foco en el contenido, sino en la forma.
La importancia de la calidad de la escritura en los trabajos universitarios
Independientemente de la especialidad cursada y de la materia sobre la que verse el proyecto final de carrera, la calidad en la redacción es un aspecto que no siempre cuenta con la importancia que merece en este tipo de trabajos.
La degradación de ciertas consideraciones en los cursos más avanzados de la educación secundaria obligatoria y la laxitud de ciertos docentes y centros educativos con los errores ortográficos y gramaticales pueden desembocar en un proceso que los expertos han calificado como “de desaprendizaje”, acentuado por el uso de dispositivos electrónicos y plataformas digitales donde la calidad en la redacción brilla por su ausencia.
Por norma general, los tribunales evaluadores designados por la comisión pertinente y autorizados por el Decanato de la cada facultad utilizan unos criterios comunes para puntuar el TFG o el TFM. Y suele haber cierto consenso entre el personal titulado de la facultad implicado en la puntuación de estos trabajos en calificar la redacción de los mismos como “deficiente”, algo que pone de manifiesto la tendencia errónea a percibir que importa más el contenido del trabajo y no la manera en la que este es expuesto.
“Tradicionalmente, la calidad en la escritura se ha asociado a las titulaciones de letras y humanidades, y todavía existe la creencia de que otras especialidades de la vertiente científica no requieren de conocimientos lingüísticos y gramaticales lo suficientemente altos como para poder elaborar un escrito sin errores, de manera lógica y coherente”, explica el equipo de TFGaTiempo, una de las plataformas online dedicadas a la realización de proyectos finales universitarios de Grado y Máster, resúmenes, esquemas, trabajos de Bachillerato y de titulaciones de FP.
“Para invertir la tendencia y dejar de asociar erróneamente una buena redacción con un determinado tipo de titulación, la calidad en la escritura de los trabajos se ha consolidado como un factor más de evaluación, de modo que todos los miembros del tribunal puedan premiar o penalizar con una calificación más alta o más baja la redacción de su proyecto final de carrera”, comenta su equipo de expertos.
Consejos para redactar adecuadamente un Trabajo de Fin de Grado y de Máster
Con el fin de mejorar la calidad en la redacción, el equipo de TFGaTiempo, especializado en la redacción de documentos universitarios de manera masiva, lanza una serie de recomendaciones que cualquier estudiante puede aplicar a la hora de elaborar sus propios trabajos.
La importancia de la lectura
Leer es la base sobre la que se sustenta la comunicación escrita, y el propio equipo de TFGaTiempo lo confirma: no hay mejor manera de mejorar la escritura que ser un ávido lector. “Cada autor tiene un estilo propio al escribir y beber de todos ellos hará que se enriquezca enseguida la manera de comunicarse por escrito, no solo en cuanto a vocabulario, sino en cuanto a estructuras gramaticales, uso de nexos y demostrar la suficiente capacidad como para relacionar conceptos de manera clara, evitando divagaciones y discursos sin sentido”.
Dedicar tiempo a una revisión completa
Todo trabajo merece ser revisado al menos una vez antes de ser presentado, pero en el caso del TFG las revisiones no solo tendrán que ser periódicas, sino que deberán revisarse al término del mismo para cerciorarse de que no hay errores en la forma antes de presentarlo al tribunal.
“Aunque durante las revisiones con el tutor los aspectos formales se podrán ir puliendo, lo mejor es dedicar estas tutorías a la adecuación y modificación de los contenidos y dejar la revisión de los aspectos formales para sesiones aparte”, comenta el equipo de TFGaTiempo.
“De este modo, lo que se logra es diversificar objetivos y mejorar la eficiencia en cada área, algo que es especialmente importante cuando se está llevando a cabo un trabajo de investigación, que requiere de tiempo y de revisiones paulatinas para obtener unos resultados óptimos”, añaden.
Enviar con regularidad partes escritas al tutor del trabajo
Lo más seguro es que, si el tutor asignado no descuida la ortografía, este haga hincapié en las faltas ortográficas o incoherencias gramaticales en las que el alumno haya podido caer en su discurso, además de señalar las posibles carencias de las que pueda adolecer una parte específica de la investigación.
Sin embargo, el equipo de TFGaTiempo incide en la importancia de priorizar necesidades. “Dado que el tutor es un profesional experto y altamente cualificado en su área del saber, lo mejor es que el alumno aproveche las tutorías para indagar en la bibliografía especializada del tutor, ahonde en cuestiones como los enfoques o el tratamiento de cuestiones críticas y revise que se da una respuesta satisfactoria a cada bloque que conforma el proyecto”, comentan.
También es vital que el tutor revise las conclusiones y que se cerciore de que el discurso cuenta con la suficiente capacidad crítica como para poner en tela de juicio determinados aspectos del contenido. Cuando esto finalice, siempre se puede solicitar una tutoría al profesor asignado para tutelar el trabajo para hacer una revisión específica de la ortografía y la gramática.
Ante la duda, recurre a profesionales
En caso de que el alumno no cuente con las garantías suficientes de que su Trabajo de Fin de Grado o de Máster está limpio de errores gramaticales y ortográficos, una solución muy eficaz es la de recurrir a un equipo de profesionales altamente cualificados que consigan asesorar al alumno para presentar un trabajo impecable en la forma y el contenido.
TFGaTiempo es una de las plataformas de más éxito en su sector, y así lo avalan los números. “De los 5.327 trabajos que hemos elaborado hasta ahora, el 99,7% han obtenido el aprobado. Esto quiere decir que el margen de error con el que trabaja nuestro equipo, que cuenta con una amplia experiencia en la docencia universitaria, es muy pequeño, lo que supone toda una garantía para los estudiantes que no disponen del tiempo suficiente como para cuidar estos aspectos de sus trabajos finales”, especifican.
También existen otras plataformas digitales auxiliares que pueden actuar de apoyo a la hora de perfeccionar la redacción de un TFG o TFM. “La popularización de las plataformas de redes sociales en la última década ha permitido que instituciones como la RAE abracen el modelo digital y hayan creado un sistema basado en las etiquetas o ‘hashtags’ para que cualquier usuario exponga sus dudas y obtenga respuesta por esos mismos canales”, comentan desde TFGaTiempo.
“Esto no hace más que demostrar que la digitalización también puede ser útil a la hora de dar respuesta a una duda específica en relación con estos trabajos, ya que estamos hablando de cuestiones meramente formales cuya solución puede ser dada por profesionales altamente cualificados y autorizados para hacerlo”, sentencian desde la plataforma.