«Mantener nuestros pies bien cuidados es fundamental para nuestra salud, ya que son la base de nuestro organismo. Muchas veces los problemas de espalda, cadera y rodilla vienen provocados por una mala pisada», afirma la podóloga rondeña Patricia Almario, quien durante los últimos meses está pasando consulta en Médicos de Ronda y en Parraga Footclinic de Marbella.
Graduada en Podología por la Universidad de Sevilla, también ha realizado un postgrado en Patomecánica y sus Tratamientos Ortopodológicos y ya cuenta con una experiencia de cinco años pasando consulta y solucionando los problemas de los pies en Madrid, Marbella y Ronda.
Entre las dolencias más comunes de sus pacientes está el problema de las uñas encarnadas, que principalmente se produce por un incorrecto corte de la uña y por usar zapatos estrechos, aunque también puede ser hereditario.
Otra lesión habitual son los papilomas (verrugas plantares), que afectan principalmente a niños y a adolescentes y se suelen genera por situaciones de humedad, en piscinas y por andar descalzos.
Y por supuesto también son frecuentes los hongos en las uñas, que aparecen principalmente cuando la uña se despega por un traumatismo en el dedo.
Por ello, Patricia Almario recomienda una serie de acciones que se pueden realizar para evitar este tipo de problemas en los pies, entre las que se encuentra acudir al podólogo, aunque no se tengan ninguna afección, una vez cada seis meses.
Por ejemplo, para estos meses de verano que tenemos por delante, es fundamental «mantener una buena hidratación, secarse los pies de forma minuciosa entre los dedos (así se evitan los hongos) y usar un calzado con buena sujeción, ya que ir en chanchas no es bueno».
Precisamente para las mujeres se recomienda utilizar un zapato que tenga unos cuatro centímetros de tacón, ya que aunque pueda parecer lo contrario, los calzados planos «no son beneficiosos, es falso», afirma la podóloga.
Por otra parte, a la hora de retocarnos las uñas debe hacerse con un corte recto por lo general, aunque «también depende del pie de cada persona, y en algunos casos hay que adaptarlo a la forma que tengan en los dedos».
En grupos de riesgo como pacientes diabéticos, ancianos, deportistas o niños «es especialmente importante que acudan al podólogo como mínimo una vez al año.
En el caso de los niños por ejemplo, existen muchas patologías que pueden ser tratadas de forma muy eficaz, a partir de los cinco años, en el pie del niño se puede corregir prácticamente todo. Es poco frecuente ver a un niño que no tenga un problema del pie, es primordial la prevención», señala esta profesional.
«En pacientes diabéticos o ancianos también sería primordial un seguimiento en nuestra consulta, una simple callosidad o dolor en una uña puede tener mal pronóstico de no ser tratado con precocidad. Ser diabético no necesariamente acarrea la aparición de úlceras en nuestros pies, pero si que es importante realizar las acciones preventivas para que esa lesión nunca aparezca, es primordial la prevención», recomienda la podóloga.
Después de este cambio tan radical que nos ha dado la vida después del COVID, hay cada vez más población que ha comenzado a realizar deporte, «yo animo a estos deportistas que acudan a nuestra consulta a que le realicemos un estudio de la pisada. Cuando practicamos cualquier actividad que implica simplemente caminar o correr, lo único que apoyamos es el pie y ese gesto lo repetimos millones de veces a lo largo de nuestra vida. Un mal gesto a la hora de andar, al repetirlo siempre, podrá acarrearnos una lesión a largo plazo. Como los famosos dolores de rodillas o caderas a la hora de correr, en la mayoría de los casos se corrige con unas simples plantillas personalizadas».
Ya lo saben, la salud también está en nuestros pies e ir al podólogo está al alcance de todos.