La decimoquinta edición de los Encuentros de Arte de Genalguacil supera el ecuador de su cita cultural más importante con resultados destacados y satisfactorios. Desde el 1 de agosto se encuentra trabajando el grupo de artistas seleccionados dando forma a sus obras de arte que se quedarán en el Pueblo Museo aumentando su legado tanto en el Museo de Arte Contemporáneo como por los rincones del municipio. Un 25 aniversario diferente, pero no menos importante,
El evento, pese a la situación de crisis sanitaria vigente, está teniendo una acogida significativa cumpliéndose a su vez con todas las medidas de seguridad, en lo que respecta al trabajo de los creadores y a las actividades que están teniendo lugar dentro de la programación en la plaza del pueblo en sus diferentes noches al fresco. Por su parte, cabe destacar que los diferentes proyectos van avanzando con resultados visibles sin inconvenientes que retrasen sus procesos. Turistas nacionales e internacionales, además de los medios de comunicación, están siendo protagonistas de la repercusión que tienen estos Encuentros de Arte que siguen manteniendo su identidad y calidad que les caracteriza, donde la implicación de los vecinos es un pilar fundamental.
Los artistas y sus obras
Los siete proyectos elegidos de las 209 propuestas recibidas este año van cobrando sentido en los diferentes estudios repartidos por Genalguacil. Por sus calles, con su cámara al hombro, está Jesús Palomino investigando y analizando el color blanco en el espacio público. Una serie de fotografías servirán de documentación de la amplia gama de colores blancos que caracterizan las fachadas de las casas que tendrán como resultado un póster característico denominado “Edición Blanca”. Raquel Serrano, aunque su estudio está en el Colegio Público, va dando sentido a través del grafito a sus láminas blancas para dejar una “Huella de reproducción” de diferentes paredes. El proyecto estará compuesto por una serie de 10 dibujos realizados con la técnica conocida como Frottage. Las calles y arquitecturas que conforman el pueblo de Genalguacil son los principales protagonistas del proyecto, utilizando sus relieves como matrices.
Paula Valdeón Lemus y Rafael Jiménez fraguan sus piezas en el colegio. La artista pacense trabaja en la elaboración de “Un paisaje verde” con elementos decorativos usados en la arquitectura de Genalguacil y de su flora autóctona. Está creando una pieza pictórica-instalativa, mezclando tejido, pintura, dibujo y cerámica, que hará referencia a tres elementos verdes como son el cartel de bienvenida, la flor de una pita y un toldo verde. De cerca tiene a Rafael Jiménez quien ha encontrado “Pertenecer, de alguna forma” a través de una doble intervención, preparando una instalación de azulejos impresos con patrones geométricos tradicionalmente andaluces distorsionados a pie de calle (interactuando con ventanas y fachadas). Sus dedos deslizando plastilina en plantillas son luego escaneadas para crear las figuras que busca. Su resultado será colocado adornando algunas ventanas a la intemperie además de una videoproyección adaptada a sala que recoja la minuciosa evolución de sus piezas.
En una casa deshabitada, en plena plaza del pueblo, que conocemos desde esta edición como “La Casa de Fulanita”, podemos encontrar a la joven artista Ana Varea. La voz de Fulanita la pone la vecina Antonia ‘La Española’, quien cuenta todas sus vivencias y tradiciones de Genalguacil. Sus enseres hogareños adornan y transforman la esfera privada de dicha casa en un espacio expositivo intervenido con sus propios objetos. Durante estos días, se puede acceder al interior de la localización elegida para observar la historia y decoración, aunque el resultado será un libro donde se recoja la experiencia, desenlace y peculiaridades del proyecto.
Desplazándonos a la nave alta de la cooperativa de castañas encontramos el estudio de Christos Papasotiriou, quien está recurriendo a la imaginería del campanario como elemento sonoro de atracción para meditar sobre la idea de punto de encuentro y comunión social. Construye una réplica de la torre de la Iglesia de San Pedro Mártir de Verona en pequeñas dimensiones para incorporar en su interior un altavoz con sonidos que va recogiendo por las calles de Genalguacil para dar una “Local intonation”. El grupo de ocho artistas, ya que este último proyecto es colectivo, lo conforman los cordobeses Eduardo Rodríguez y José Manuel Ruíz. Realizando tejas en jabón de sosa, implicando a los genalguacileños dentro del proceso artístico también con la recolección de aceite usado, se ve el proceso de su “Vino, Jamón o Teja”. Estas serán instaladas posteriormente en los tejados para que vayan desintegrándose, como proceso natural, con el paso del tiempo.
Único en el mundo
El coordinador de los Encuentros de Arte, Arturo Comas, ha destacado la gran labor que están realizando los artistas y la implicación vecinal, que sigue siendo el engranaje perfecto que da singularidad a este proyecto único en el mundo. Todas las obras estarán finalizadas para el 15 de agosto, mismo día en el que serán instaladas y presentadas al público. El broche se pondrá esa noche con su Gala de Clausura donde se pondrá fin a esta XV edición de los Encuentros de Arte que tanto están dando al pequeño municipio malagueño en su lucha contra la despoblación y en su posicionamiento dentro del arte contemporáneo.