La excelente fotografía que acompaña este artículo del cometa C/2020 F3 Neowise fue tomada desde Ronda por nuestro compañero de asociación y experto astrofotógrafo, Rafael Barragán desde el balcón de su casa. La imagen fue realizada el 10 de julio, antes del amanecer, utilizando un pequeño telescopio de 6 cm de abertura y una cámara Canon Eos d200.
En un anterior artículo nuestro compañero Rafa Muñoz nos detalló características de este espectacular cometa y guía para observarlo antes del amanecer. Actualmente la posición del cometa C/2020 F3 Neowise respecto a nuestro planeta hace que sea posible observarlo al anochecer. Tras la puesta de sol debemos esperar aproximadamente una hora para localizarlo, hacia el noroeste un poco por debajo de la constelación de la Osa Mayor. El cometa irá cambiando su posición cada día alcanzando mayor altura sobre el horizonte, desplazándose hacia el oeste. Aunque al encontrarse cada vez más lejos del Sol perderá brillo, el contraste será mayor por la oscuridad de la noche. Es un cometa visible a simple vista en cielos oscuros y unos prismáticos ayudarán a observarlo mejor y disfrutar del espectáculo celeste.
Su máximo acercamiento a la Tierra tendrá lugar el 23 de julio de 2020, y se aproximará a unos 103 millones de kilómetros, unas 400 veces más de la distancia entre la Tierra y la Luna. Se irá alejando y volverá a visitarnos dentro de 6.800 años.
Los cometas son un conglomerado de hielos (agua, monóxido y dióxido de carbono) y polvo (silicatos y materiales orgánicos) que habitan en los confines del Sistema Solar, en una gigantesca envoltura compuesta por la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper que probablemente se formó, junto al resto de nuestro Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de años.
Sometidos a la fuerza de la gravedad, como cualquier objeto del Universo, de vez en cuando sucede que choques entre ellos o el tirón gravitatorio de una estrella cercana son capaces de arrancarlos de su nube precipitándolos hacia el Sol. Una vez iniciado el viaje su órbita será definida por nuevos encuentros gravitatorios. Una órbita parabólica o hiperbólica (curvas abiertas) significa que el cometa caerá hacia el Sol, lo rodeará y se alejará de él para no volver nunca más. Una órbita elíptica (curva cerrada) nos indica que el cometa volverá como es el caso del famoso Halley. La importancia de los cometas consiste en que pueden darnos información de cómo se formó el Sistema Solar, de cuál es el origen del agua en la Tierra o el de la vida en nuestro planeta.
Este artículo se lo dedico a nuestro añorado compañero y buen amigo el profesor Paco Marín que disfrutaba del firmamento y todos los eventos celestes, especialmente de los cometas. Recuerdo con nostalgia nuestras “excursiones celestes”, entrañables noches de observación y charlas, para contemplar y disfrutar de los extraordinarios cometas Hyakutake (1996) y Hale-Bopp (1997).
