El pasado miércoles falleció en Viena Heinz Greissing.
Aunque austriaco de nacimiento, Enrique, ejercía de rondeño gran parte del año, donde en primavera y verano solía pasar largas temporadas.
Conocí a Enrique y a Eva su mujer, allá por el año 1971, yo acababa de llegar a Ronda para trabajar como arquitecto, y él llegaba a Ronda desde la costa, por la entonces serpenteante y angosta carretera de San Pedro Alcántara, donde pasaba unos días, para alojarse en la entonces habitable Casa del Rey Moro, propiedad de Carmela Hernández.
Me lo presentó, un día, Rosalía Felstenstein, norteamericana afincada en la ciudad, con la que yo empezaba una relación profesional, al objeto de valorar la casa que quería y que luego compró y fue su casa habitual, en el Ruedo de Doña Elvira. Desde el año 1974 pasaba gran parte del año en nuestra ciudad. Nuestra amistad se fue incrementando con el tiempo y extendiendo entre todos los miembros de ambas familias.
Enrique, fue ante todo un pintor del paisaje, de Ronda, porque como me dijo un día ya lejano, “no hay una luz desde Viena, hasta aquí, como la de Ronda”. La luz y el paisaje de Ronda lo atraparon y reiteradamente buscaba el motivo de sus cuadros, en los alrededores de la ciudad. Sobre todo, le fascinaba la vista de la ciudad desde un punto; “la era”, lugar de la cornisa de la Virgen de la Cabeza, desde donde ha pintado, durante cincuenta años con todas las técnicas, en todas las estaciones, a todas horas, la impresionante vista de la cortadura del Tajo y su cornisa en lienzos de más de dos metros.
Sería ambiciosa la empresa ya de por sí, de captar la impresionante vista, pero su reto es aún mayor porque él pretendía meter en el cuadro todo lo que le rodeaba, lo que tenía delante y lo que tenía detrás, la imagen de la mañana y de la tarde, el cielo nuboso y el cielo limpio, además de poder captar la evolución de la luz, en el dilatado tiempo que transcurría en la elaboración del cuadro. Para ello necesita de un gran espejo, donde contemplar todo lo que le circundaba, y plasmarlo en el lienzo alternando en “rayas” verticales del cuadro alternativamente una y otra vista. “Me gusta estar en el campo, un paisaje concreto, es mi estudio», decía él, los colores y formas de allí son mi tema, los veo relacionados conmigo, yo en la naturaleza, según donde me pongo me encuentro en relaciones pictóricas.” El resultado es grandioso y espectacular.
Enrique se transformó así en un rondeño por voluntad propia, y no un rondeño más, sino un rondeño de excepción. Su reconocimiento artístico creció ampliamente, desde sus primeras exposiciones en localidades austriacas, hasta exposiciones en Roma, Viena o Nueva York, por citar algunas de las numerosas ciudades donde expuso. Lo más importante para nosotros es la enorme difusión que ha dado a Ronda a través de su paisaje expresado en sus lienzos, colgados en importantes sitios del mundo.
Ronda siempre atrajo y atrapó a lo largo de los siglos a personajes que la supieron contar con distintas expresiones artísticas contribuyendo así a su fama y su leyenda. No cabe duda que entre todos ellos ha de ocupar un importante lugar, Heinz Greissing, pintor y rondeño por voluntad propia. Seria del todo oportuno y justo, que los rondeños supiéramos conocer su obra y reconocer la contribución de la misma a engrandecer la merecida fama de Ronda y su paisaje.
Enrique, adoptó la ciudadanía rondeña junto con su mujer Eva compenetrándose cada vez más con Ronda, los rondeños y la forma de vida andaluza, llegando a ser tan rondeño como austriaco. A través de tantos años vividos en Ronda, trajo a medios de difusión austriacos, incluida una cadena de TV y números clientes, que venidos de todas partes les mostró la ciudad directamente y a través de sus cuadros.
Pero Enrique, además nos deja el recuerdo de su categoría humana, plena de honradez, buen hacer, amistad y simpatía que nunca olvidaremos los numerosos amigos de Ronda.
Aunque en diversas ocasiones sus amigos solicitamos al Ayuntamiento el nombramiento de hijo adoptivo de la ciudad como reconocimiento a su labor, no conseguimos el empeño.
Sin ánimo de ser exhaustivo se pueden citar, algunos de sus cuadros de Ronda por el firmados y colgados en diversas partes del mundo:
-Gobierno Civil de Bregenz (Vorarlberg), Austria.
-Archivo del Museo de la ciudad de Bregenz.
-Archivo del Museo de la ciudad de Rupertinum, colgado entre un cuadro de Oskar Kokosschka y otro de Wilhelm Thony, dos pintores de reputación universal.
-Cuadros en colecciones particulares de Alemania, Vorarlverg, (Austria). .Vancouver (Canadá).
-Cuadro en posesión de un ministro de Austria.
-Cuadro de Ronda colgado en la central calculadora de Dorubirn, Vorarlverg.
-Cuadro expuesto en Nueva York en el Austrian Cultural Forun.
-Cuadro colgado en Hamburgo. Compañía de Seguros Vokshilfe
-Hay tres grandes vista de Ronda colgadas en Dusendorf, Dortunmol y Dnisburgo (Alemania).
En la exposición de Ronda del año 2008 en el Convento de Santo Domingo están documentados 26 cuadros de Ronda, colgados en Ronda (8), Marbella, Sotogrande, Alemania, Suiza, Australia y en la propia casa del pintor.
Heinz Greissing, ha expuesto en Nueva York, Roma, Viena y Alemania.
La calidad de su pintura ha sido reconocida por el propio Ministerio de Cultura de Viena y de numerosas galerías de arte seleccionando sus cuadros.
Hasta siempre amigo Enrique.
Ronda siete de mayo de 2020
Javier Carrasco Sainz. Arquitecto
