«Hacía mas de dos meses que no me ponía el tinte y hoy para mí ha sido como una liberación», comentaba a primeras horas de la mañana de este lunes Mercedes, una de las clientas que han acudido tras más de siete semanas de confinamiento a su peluquería habitual, situada en el centro, para peinarse. «Era una necesidad esencial que tenía», comentaba esta rondeña.
Una imagen que también se ha repetido en las peluquerías masculinas, donde en la mayoría de ellas el teléfono no ha parado de sonar, ya que sus clientes querían una cita para pelarse lo antes posible, una vez que se ha iniciado este proceso de desescalada fijado por Gobierno.
Además esta jornada ha servicio como prueba piloto en la que se han tenido que establecer las nuevas normas sanitarias para evitar la propagación del Covid-19. Antes de coger las tijeras había que desinfectar el sillón del cliente, colocarse los guantes, la mascarilla protectora y, de vez en cuando, darse un repaso en las manos con el gel hidroalcohólico o bien lavárselas bajo el grifo con agua y jabón. Todas las medidas son pocas.
El comercio tradicional, cerrado
Pero mientras que las peluquerías levantaban esta mañana con optimismo las persianas de sus negocios, no ocurría lo mismo en los comercios de moda y complementos, entre otros, que han optado por seguir cerrados al considerar que, con la poca gente que hay en la calle, les costará más mantenerlos abiertos que sin actividad.
Juan, un comerciante de la calle de La Bola, nos comentaba que abrir sus puertas cada día le supone, entre seguros, tasas, impuestos, materiales, etc., más de 60 euros «y como están las cosas ahora, donde los vecinos de la comarca no pueden venir a Ronda a comprar, no recaudaría ni esa cantidad y como se puede entender no podemos trabajar a pérdidas«.
Una opinión que de forma mayoritaria comparten otros comerciantes que hoy, en el primer día de la desescalada, han mantenido el cartel de «Cerrado», ya que consideran que las limitaciones marcadas por el Gobierno central para los pequeños establecimientos les impiden arrancar de nuevo la actividad comercial en Ronda.