El pasado mes de octubre abrió sus puertas el primer centro quiropráctico de Ronda. Alexandra Bally, formada en el Institut Franco-Européen de Chiropraxie (IFEC) y el College of Chiropractic (MCC) de Madrid, es la profesional que hay tras este proyecto, con el que pretende acercar los beneficios de esta práctica reconocida como profesión sanitaria por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a todos los rondeños y habitantes de la comarca.
La quiropráctica es una profesión bastante desconocida en España. ¿En qué consiste?
A pesar de que, como dices, es una profesión poco conocida en España, tiene una historia de más de 100 años. Es la tercera profesión sanitaria en Estados Unidos y la OMS la define como la profesión sanitaria de primer contacto que se ocupa de la detección, corrección y prevención de las alteraciones del Sistema neuro-musculo-esquelético, especialmente de los desequilibrios de la columna vertebral que afectan al funcionamiento del sistema nervioso, del cuerpo y de la salud en general.
¿Qué tipo de problemas se pueden tratar?
Al trabajar con la espalda, aquí viene gente con diferentes problemas como lumbago, ciáticas, migraña, vértigo, dolores de cuello… Pero nuestro principal objetivo es corregir las alteraciones de la columna que afectan a la correcta expresión del sistema nervioso, permitiendo que el resto del cuerpo funcione al cien por cien. Nuestra forma de trabajo son los ajustes vertebrales, con los que liberamos estas interferencias haciendo que la información se transmita correctamente.
¿Quiénes se pueden beneficiar de la quiropráctica?
El cuidado quiropráctico, al ser poco invasivo y disponer de diferentes técnicas, se puede aplicar a todos los miembros de la familia: bebes, niños, embarazadas, ancianos… Como solemos decir, “si tienes columna vertebral, puedes beneficiarte de la quiropráctica”. También nos visitan muchos deportistas de todos los niveles, que tengan algún problema o que simplemente quieran prevenir la aparición de lesiones.
¿Qué les dirías a las personas que tengan miedo de acudir a un quiropráctico por las manipulaciones corporales?
Les diría que pueden estar tranquilos, porque hay técnicas para todo tipo de personas y para todas las edades. Hay técnicas muy suaves, en las que no se produce ningún crujido. Además, los crujidos, cuando los hay, no es más que el paso del líquido que hay en el interior de las articulaciones a estado gaseoso. Pero realmente no cruje ningún hueso, así que no hay nada que temer.
¿Cómo conociste la quiropráctica y por qué elegiste estudiarla?
De pequeña quería dedicarme a la salud sin saber exactamente a qué. Un día leí algunas líneas sobre la quiropráctica que me llamaron mucho la atención y decidí llamar a un quiropráctico para saber más. Me dijo que la mejor forma de conocer la quiropráctica era como paciente, así que acudí a su consulta. Yo no tenía ningún problema de columna, pero seguí su recomendación. Y me quedé muy sorprendida cuando, después de varias sesiones, desaparecieron los dolores de estómago y problemas de digestión que ningún profesional de salud convencional había podido solucionar desde que me extirparon la vesícula biliar, cinco años antes. Así que mi historia fue diferente a la mayoría de las personas, no fue por problemas de espalda.
Gracias a esa experiencia que me cambio la vida, tuve claro que quería estudiar quiropráctica. Sabía que se podía ayudar a las personas a mejorar su bienestar y su calidad de vida de manera natural y conservadora. Y ahora la quiropráctica se ha convertido en un estilo de vida que quiero compartir con el mayor número de personas posible.
¿Cuál es la formación de un quiropráctico y donde estudiaste?
La formación de los quiroprácticos es universitaria, y de carácter superior a tiempo completo. Finalizados los estudios, se obtiene el título de grado equivalente a licenciatura o máster o doctorado (de 5 a 7 años), según los países. Para asegurar la uniformidad de la enseñanza, existen los consejos acreditativos que, a nivel internacional, establecen los estándares educativos de la profesión, supervisando los planes de estudios e inspeccionando las universidades que las imparten.
En Europa, existe el Consejo Europeo de Educación Quiropráctica (ECCE), que homologa los planes de estudios, controla las asignaturas que se imparten (teóricas y prácticas) y el número de créditos, la formación del profesorado, la adecuación de las instalaciones… Y reconoce los títulos que expiden estas universidades.
Yo empecé la carrera en Francia, en el Institut Franco-Européen de Chiropraxie (IFEC), en el cual hice dos años. Después de visitar el Madrid College of Chiropractic (MCC) y conocer varios de sus profesores, decidí seguir los tres últimos años ahí. También tuve la oportunidad de realizar un intercambio muy enriquecedor de tres meses en México.
¿Qué es lo más importante para ti cuando estás con una persona en tu consulta?
Como persona y profesional, lo más importante es poder conectar con la persona y conocer su historia, saber cómo es su vida en el día a día, etc. La rutina es la que marca nuestra salud, son nuestros hábitos diarios los que nos hacen estar más o menos sanos. El estrés, presente por norma general en todos nosotros, es una de las principales causas de alteraciones en nuestra columna y sistema nervioso, por lo que saber de sus situaciones laborales, familiares y ambientales es imprescindible.
Por este motivo, se hace una primera visita para evaluar cada caso de forma personal, analizar la columna vertebral y detectar estas interferencias nerviosas.
Animo a todo el mundo a que se acerque al centro, situado en la calle Escritora Ana Rosseti 23 (El Arenal) o, si lo prefieren, llamen al número 660 67 57 69 o nos escriban al email para resolver todas las dudas que tengan. Será un placer poder conoceros y ayudaros a vivir mejor.