En torno a un centenar de personas se han concentrado este jueves a las puertas del Ayuntamiento de Ronda para exigir una solución para el centro de tratamiento ambulatorio de drogodependencia ARDE, en riesgo de desaparición por la falta de subvenciones públicas.
En la manifestación han participado usuarios, familiares y trabajadores del centro, que al grito de “No al cierre” y “ARDE somos todos” han reclamado al Consistorio medidas urgentes para evitar la suspensión del servicio, que, salvo una solución de última hora, está abocado a producirse el próximo lunes 28 de octubre, cuando cesen los contratos laborales del personal del centro.
Actualmente, ARDE ofrece servicios de apoyo médico, psicológico y social a unas 180 personas que sufren algún tipo de adicción y a sus familiares. Además, este centro es el único que tiene competencias en la comarca de Ronda para prescribir tratamientos de metadona, según sus responsables, que siguen unos 80 usuarios.
La financiación de este servicio depende de la Junta de Andalucía, aunque es el Ayuntamiento el encargado de transferir los fondos en virtud de un convenio firmado con ARDE. No obstante, sus responsables acusan directamente al Consistorio de “falta de voluntad” y dejarlos en una situación de “desamparo”, ya que creen que no está colaborando para buscar una solución con el gobierno regional.
“El centro ARDE no es una máquina expendedora de metadona que el Ayuntamiento pueda desinstalar a su antojo. Es mucho más: el espacio donde estas personas tan vulnerables y en riesgo de exclusión social son escuchadas, cuidadas y atendidas”, ha afirmado su vicepresidenta, Irene Garrido. Además, ha asegurado que los responsables municipales no se han puesto en contacto con ellos para ofrecerles una respuesta y ha criticado a la alcaldesa, Mª Paz Fernández, por “no dar la cara”.
Durante la lectura de un comunicado, Garrido ha alertado del riesgo de “bajar la guardia” frente a las drogas, “un monstruo que no descansa ni entiende de clases sociales”. También ha querido recordar a las madres de los 80, la década en la que la drogadicción causó más estragos: “¿Qué pensarían ellas, que solo contaban con su amor y coraje para sacar adelante a sus hijos, si vieran que el Ayuntamiento de Ronda permite que ARDE cierre sus puertas después de 30 años?”.
Mientras, desde el Ayuntamiento se niegan estas acusaciones. En un comunicado emitido el pasado martes, el Consistorio afirma que está al corriente del pago de la aportación municipal con la asociación y estar «trabajando con la Junta de Andalucía para encontrar una solución».
“Sin ARDE no somos nada”
La concentración se ha desarrollado en un ambiente de gran emotividad, donde muchos usuarios y trabajadores no han podido reprimir sus lágrimas ante la difícil situación que atraviesa esta organización. “No lo vamos a permitir de ninguna manera, sin ARDE no somos nada”, aseguraba una de estas jóvenes usuarias.
Tras siete meses de lucha, dice haber “salido adelante” gracias su apoyo: “Ahora puedo hacer muchas cosas a diario que antes no podía, he perdido la vergüenza de salir y comunicarme”.
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