Se le llama el árbol del amor porque sus hojas tienen forma de corazón.
Considerado uno de los árboles ornamentales por excelencia por su exuberante floración primaveral de color rosa. También se le denomina “árbol de Judas” porque, cuenta una leyenda, que Judas Iscariote se ahorcó en uno.
Tiene su origen en el Sur de Europa y Asia. Pertenece a la familia de las Fabacéas. Como todas estas plantas tiene unos frutos alargados envueltos en una vaina, como las habas.
Se desarrolla bien en zonas cálidas con suelos calizos en las orillas de los ríos formando grupos. Al ser un árbol tan vistoso, se utiliza mucho como ornamento en plazas pequeñas, alineando calles estrechas, también es muy utilizado en jardines por su floración que se produce antes de la salida de las hojas.
El árbol del amor no es una planta de gran altura, puede llega a los 6-8 metros, hacia los 20 años termina su crecimiento. Destaca por su tronco liso en tonos rojizos y posee hojas caducas. Este árbol empieza a florecer a partir de su tercer año de vida. Sus flores hacen su aparición en primavera y son muy decorativas por su color rosáceo con matices violetas. Su floración se prolonga en algunos lugares hasta el verano, mantiene las flores aún cuando ya ha producido las primeras hojas. Sus flores crecen directamente sobre las ramas y el tronco.
Los largos y calurosos veranos son su clima ideal, aunque puede resistir tanto el frío como las épocas de sequía. Lo que necesita son suelos que drenen bien y que tengan cal. Tienen que estar expuestos a la luz continuamente y no encharcarlos si se riegan en jardines.
Bibliografía: https://www.hogarmania.com