El majuelo es un arbusto muy ramoso, si se deja crecer alcanza el porte de un pequeño árbol de hasta 10 metros de altura.
Las hojas son caducas, simples, alternas aunque en los extremos a veces aparecen muy juntas y tienen de 3 a 7 lóbulos profundos y desiguales. La floración es blanca, muy vistosa y abundante. Su flor huele a almendra. El fruto maduro es como una manzanita rojiza, carnosa y algo harinosa, de 0,5-1 cm de diámetro y con un solo hueso, lo que lo diferencia del espino navarro y del espino negro.
Es posiblemente el arbusto o arbolillo acompañante más común en todo tipo de bosques ibéricos, mientras haya humedad suficiente, pero también crece en sotos, vaguadas y linderos formando a menudo un enmarañado dosel con zarzas, rosales silvestres y otras plantas espinosas. Es indiferente al tipo de suelo y habita desde el nivel del mar hasta los 2.200 metros de altitud.
Crece de forma natural por toda Eurasia y el norte de África, si bien se cultiva mucho como ornamental por su espectacular floración. Ha sido introducido en Madeira, Norteamérica, Argentina, Australia y Nueva Zelanda. Es abundante en toda la Península, pues habita en todas las regiones, y en los territorios más secos se refugia sobre todo en las montañas y vaguadas.
El fruto es comestible, rico en vitamina C y favorece la regulación de la tensión sanguínea y nerviosa. Es muy importante como alimento de muchos animales y aves en una época del año como el invierno en que escasea el alimento.
Las flores tienen propiedades sedantes y antiespasmódicas; actúan en los trastornos del ritmo cardíaco y combaten la arteriosclerosis; son vasodilatadoras e hipotensoras. Además, son muy aromáticas y melíferas.
El majuelo también se usa como patrón de injerto para diversos frutales de la misma familia. Además, es una planta muy usada en jardinería por su vistosa floración y ramificación densa; muy adecuada para formar setos y lindes por sus espinas, aguantar bien la poda y ser adaptable a todo tipo de terrenos.
La palabra majuelo también es sinónimo de viña joven, deriva del latín malleus, que significa martillo o mazo, y su diminutivo malleolus, es decir, martillito. En su origen el majuelo era cada uno de los sarmientos de vid cortados en forma de pequeño martillo o muleta para ser plantados. De ahí pasó a denominar a la parcela de vid plantada con dichos sarmientos.
La Flora Ibérica reconoce su gran variabilidad, por la que muchos autores distinguen subespecies y variedades. También incluye dos especies más para este género. El acerolo (Crataegus azarolus L.), del Mediterráneo oriental y Oriente Próximo, es un arbolito cultivado por sus frutos algo mayores que ocasionalmente se asilvestra; y el espino majoleto (Crataegus granatensis Boiss.), propio del sureste peninsular, que suele ser un arbusto.
Crataegus es la latinización del griego krátaigos, que alude a la dureza de su madera y da nombre a un majuelo oriental; monogyna nos indica que sólo contiene un carpelo (parte femenina de la flor) y por tanto da una sola semilla.
Bibliografía: http://www.arbolapp.es