La noche es tenebrosa y oscura como los abismos de una caverna. Por las carreteras de la Serranía los haces luminosos de los faros de los últimos conductores, que presurosos tratan de llegar cuanto antes a sus casas, apenas logran abrirse paso entre las cortinas de agua que, una vez en el suelo, desbordan cunetas y arroyos.
Después del desastre de San LLorenc des Cardassar en Mallorca, las inundaciones en la provincia de Castellón y toda la costa levantina, nadie se toma a broma los avisos de alerta emitidos por la Agencia Nacional de Meteorología y difundidos por las autoridades a través de los medios de comunicación.
Cada ensordecedor trueno es seguido del cegador relámpago que precede al siguiente estallido.
Mientras las personas se creen seguras en el interior de sus hogares, los animales se remueven inquietos en establos y zahúrdas, presagiando lo que el hombre no es capaz, debido a la atrofia de sus sentidos, después de tantos años despreciando los sonidos y olores de la naturaleza.
La tan anunciada “Gota Fría” se ceba en nuestra comarca y al amanecer, los arroyos son ríos y los ríos mares. Las fangosas aguas del Arroyo de las Culebras o Rio Chico chocan impetuosamente con el embravecido lodazal que arrastra el Guadalevin o Río Grande, como es conocido por muchos rondeños.
Mientras el Río Grande, al no tener cabida en su cauce, por estar éste ocupado por la maleza, asalta por levante las instalaciones de la Real Maestranza de Caballerías arrastrando enseres y animales, su hermano menor, el Río Chico la invade por el suroeste, llegando a alcanzar el nivel de sus aguas más de 1.3 metros en la entrada de dichas instalaciones, a la vez que el ímpetu de su corriente irrumpe, cual caballo desbocado, en una de las joyas de nuestro patrimonio histórico y cultural: Los Baños Árabes.
“Son únicos en la Península porque mantienen todo el área funcional, desde el sistema de captación y de distribución, a la zona de caldear el agua.” Declaraba hace unos días Bartolomé Nieto, refiriéndose a los Baños Árabes de Ronda.
Nadie mejor que él para realizar tales afirmaciones, primero por su profesión y segundo por el puesto público que ocupa: Coordinador de Patrimonio en el Ayuntamiento de nuestra ciudad.
Sin embargo, ni el ser únicos en toda la Península, ni el informe emitido por los arqueólogos municipales en el año 2016, advirtiendo de lo que sólo dos años más tarde se ha convertido en una triste realidad, han sido motivos suficientes para que, ni el equipo de gobierno en general, ni la concejala de Patrimonio, Doña Francisca González Galván, en particular, tomaran las correspondientes medidas de protección del emblemático conjunto histórico artístico.
“No hay daños graves. Están afectados diferentes elementos arquitectónicos y estéticos que tienen fácil reparación” decía el pasado martes D. Miguel Ángel Vázquez, consejero de Cultura de la Junta de Andalucía después de haber visitado el damnificado complejo. Tratando con sus palabras, como es obligatorio en cualquier cargo público, desdramatizar los hechos.
Por una parte se pretende restar importancia a lo sucedido, pero por otra, es el mismo consejero el que declara que “su Concejalía va a actuar de emergencia para evitar que el suelo del monumento se pueda desplazar y acarree mayores daños”.
Hasta la propia alcaldesa, reconoce ante los medios que son 35 los metros de muro derribados. Muro cuya función era proteger de los elementos un tesoro arquitectónico “único en la Península Ibérica”.
La precariedad de dicho centinela quedó demostrada el pasado día 21, cuándo, gracias a la oportuna intervención de un avispado observador, los atónitos ojos de toda España veían en las pantallas de sus televisores como se desmoronaba la Guardia Pretoriana de ocho siglos de Historia, “dejando sus estructuras con problemas de estabilidad” en palabras de la señora Valdenébro, alcaldesa de Ronda.
Por segunda vez consecutiva en pocas horas, un vídeo, que escenificaba la destrucción de nuestro Patrimonio se hacía viral en las redes sociales. En el primero veíamos como los muros de contención del colegio Fernando de los Ríos, antiguo convento franciscano del siglo XVI, se venían abajo (esta vez era una rondeña la que captaba el suceso) por el empuje del temporal. Pero probablemente también por el abandono en que vive nuestro patrimonio.
Aciago y denunciador día, éste tercer domingo de Octubre de 2018.
Como vemos, ante la gravedad de los acontecimientos, todos quieren “echar su cuarto a espadas”. Todos, menos la señora Francisca González Galván, delegada, entre otras muchas carteras, de Patrimonio Histórico.
¿Dónde se oculta ahora la “defensora a ultranza” del Patrimonio Histórico de nuestra ciudad? ¿Acaso está apuntalando el Puente Nuevo para evitar que la furia de los dioses hagan realidad una de las falacias en las que se apoyó para implantar sus neuróticas restricciones? ¿O quizás está ejerciendo de coordinadora en las labores de control y limpieza de los daños ocasionados por el desbordamiento del río Guadalcobacin a su paso por el Llano de la Cruz?
Con relación al primer punto le aconsejamos que deje de ofender la memoria del ilustre turolense Martin de Aldehuela, haciéndonos creer que su/nuestro puente se va a caer. El Puente goza de una salud de hierro, capaz de soportar el paso de los mastodónticos “Trenes de la Carretera” que circulan por las arterias australianas, sin inmutarse, como ya le decía en uno de sus artículos el conocido arquitecto rondeño, Enrique Santos Buendía, o la furia de los temporales con la que nos está obsequiando el actual cambio climático.
Si, por el contrario, se dedica a lo segundo nuestra comprensión es mayor, ya que entendemos que el desbordamiento del citado riachuelo puede poner en peligro su PATRIMONIO personal.
Al igual que se prodigaba usted en los medios de comunicación cuando cortó el puente, para justificar lo injustificable. ¿Por qué no lo hace ahora para asumir su irresponsabilidad en el cuidado y conservación de nuestro patrimonio?
Salga y reconozca su gran error al concentrar toda su atención en su particular forma de entender la movilidad sostenible, con las correspondientes restricciones del Puente Nuevo, mientras descuidaba por completo el resto de nuestros bienes culturales.
Tan sencilla es la cosa, que todo podía haberse evitado, tanto la inundación de las instalaciones como el derrumbe del muro, de haberse tapiado a su debido tiempo los tres (dos de ellos lo están a medias) huecos existentes en la parte sureste del muro que rodea y protege los Baños, por uno de los cuales entró la tromba de agua que lo inundó todo y formó la balsa que empujo y derrumbó el maltrecho muro de la parte norte, construido en los años cincuenta del pasado siglo, después de la riada que asoló nuestra comarca a finales de septiembre de 1.949.
Cuide que el próximo temporal no arrastre con él esa joya del siglo XIII que es el Puente Árabe, ya que sus estructuras ya se están resintiendo, según se aprecia en la grieta existente en la parte izquierda de su arco, al verse obligado a soportar, debido a las punitivas medidas que usted nos ha impuesto a los rondeños, un tráfico que en absoluto le corresponde ni por su edad ni por su singularidad.
Sepa que tiene Ud. en sus manos, entre otras, las dos concejalías claves para poder evitar estos tipos de catástrofes: Patrimonio y Seguridad Ciudadana. Pues sepa que la “gota fría” ha venido para quedarse.
Y después de oír en el último pleno, el informe de su compañero de grupo político, el Concejal de Hacienda Sr. Álvaro Carreño, alardeando de los 3.000.000 de euros de superávit con que cuentan las arcas municipales, no podemos creerla si nos dice que no cuenta con presupuesto para acometer obras capaces de impedir los destrozos, presentes o futuros, que ha ocasionado o pueda ocasionar, el temporal en tan singulares emplazamientos.
Ustedes estarán de acuerdo con nosotros si les decimos que un Ayuntamiento bien administrado no debe tener déficit, pero tampoco superávit. Ya que el dinero viene del bolsillo del contribuyente y este no paga sus impuestos para que el mismo permanezca inactivo en las arcas municipales, o engrosando los beneficios de los bancos. El contribuyente paga sus impuestos para que las calles y plazas de su ciudad estén limpias y cuidadas, y su patrimonio debidamente conservado y protegido.
Tres son las cualidades que la caracterizan Sra. González, ninguna de ellas recomendables para ejercer como política.
La TOZUDEZ, por dedicar todo su tiempo y empeño a la regulación del tráfico sobre el Puente Nuevo, en contra de la voluntad popular y de los informes técnicos, olvidándose de todas sus demás obligaciones.
La DEJADEZ en sus funciones, ya que por estar obcecada en la idea preconcebida de cerrar el Puente, impuesta a los demás grupos políticos, a cambio de su apoyo a la moción de censura que les llevase a ustedes al poder, ha dejado en el más absoluto abandono al resto del PATRIMONIO HISTÓRICO de nuestra ciudad.
Y su falta de PREVISIÓN, que le ha llevado, a usted y a su equipo a un lamentable fuera de juego ante la temida “gota fría” a pesar de los continuos avisos y recomendaciones por parte de la Agencia Nacional de Meteorología y de todos los medios de comunicación.
A sabiendas de que todo cuanto se le diga no servirá de nada, sólo nos resta recurrir a un párrafo de uno de nuestros anteriores artículos motivado por usted y sus polémicas restricciones.
…“ Pues, como resulta que nosotros no tenemos que volver a Ítaca, no nos espera ninguna Penélope, y además sus cantos (los de usted), por conocerlos, sabemos que no son sublimes, tampoco tenemos la necesidad de atarnos al mástil de la nave (acaso su intransigencia nos obligue a encadenarnos a las rejas de NUESTRO PUENTE), lo cual nos permitirá seguir atentos y vigilantes sus despropósitos, hasta ver con satisfacción cómo con cada nuevo despropósito conseguido, se va empequeñeciendo su particular “piel de zapa” hasta convertirla en un cadáver, como sucedía con el personaje de Honoré de Balzac. Ni que decir tiene que al referirnos a usted, hablamos de un cadáver político”.
Esto es un consuelo que nadie podrá arrebatarnos, usted está acabada políticamente, y en su descalabro (político, ya que ningún otro le deseamos) arrastrará a todos aquellos que se dejaron embaucar por sus cantos de sirena.
Seguro que Ronda vivirá, para bien o para mal, otras alianzas (en política todo es posible) pero el actual tripartito tiene sus días contados. Tic tac, tic tac, tic tac.
Ronda, finales de octubre de 2018.
Paco Vidal
Pedro Pérez Jaramillo
Enhorabuena Paco, más claro, el agua.