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Uno de los últimos artesanos de la Serranía expone sus productos en el museo de Genalguacil

Son canastos, cestas e incluso lámparas creadas a partir de varetas de olivo, membrillo y mimbre, aunque también diversos artículos realizados en esparto y unos sorprendentes bonsáis de alambre que han llamado mucho la atención

El artesano en las puertas del museo de Genalguacil.

Francisco Rubio, uno de los últimos artesanos del Valle del Genal, ofrece sus productos desde principios de agosto en un local municipal ubicado en la planta baja del Museo de Arte Contemporáneo Fernando Centeno de Genalguacil, espacio que ha sido cedido por el Ayuntamiento de la localidad.

El artesano tiene expuesta y a la venta una amplia variedad de productos que ha hecho con sus propias manos. Muestra de ello son canastos, cestas e incluso lámparas creadas a partir de varetas de olivo, membrillo y mimbre, aunque también diversos artículos realizados en esparto y unos sorprendentes bonsáis de alambre que han llamado mucho la atención.

Francisco Rubio ha explicado que durante el verano Genalguacil ha tenido gran afluencia de visitantes, especialmente en el marco de la celebración de la XIV edición de los Encuentros de Arte. En este sentido, el artesano espera que durante el otoño vuelvan a aumentar las visitas al pueblo, ya que este se encuentra enclavado en un entorno natural incomparable para hacer turismo rural y para disfrutar de la conocida como “primavera de cobre”.

Rubio ha reconocido que en Genalguacil hay algunos vecinos que también hacen productos artesanales, aunque nadie dedica tanto tiempo como Francisco, lo que le permite tener un alto nivel de producción siempre teniendo en cuenta lo dificultoso del proceso de creación de este tipo de artesanías. El artesano ha recordado que comenzó a hacer estos trabajos hace poco tiempo y que aprendió siguiendo tutoriales de internet y observando a otras personas que llevan prácticamente toda su vida realizando la laboriosa tarea de fabricar canastos.

Francisco Rubio ha agradecido al Ayuntamiento de Genalguacil el hecho de que le haya cedido este local que está situado en una zona céntrica del municipio, por lo que es más visible para todos los visitantes que el taller donde habitualmente trabaja, cuestión que ha redundado en un considerable aumento de sus ventas. Además, en el interior del museo hay una muestra de los productos de Francisco para que las personas que acuden a este espacio tengan la posibilidad de ponerse en contacto con el artesano para adquirir alguno de sus canastos mientras éste se encuentra trabajando en su taller.

La creación de cestos y canastos con varetas de olivo, mimbre, membrillo o esparto está en grave peligro de extinción porque en la actualidad no es un trabajo con el que se pueda subsistir, sino más bien una labor artesanal realizada por aquellos que aún la mantienen viva por tradición y amor a sus orígenes. Temiendo que oficios de antaño queden en el olvido, el canastero de Genalguacil ha mostrado su preocupación ante este hecho, aunque también reconoce que le ilusiona la idea de que las nuevas generaciones lleguen a interesarse por aprender esta preciosa tradición.


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