Vuelve a la palestra la conveniencia o no de adelantar una hora nuestros relojes en verano. Muchas veces se ha cuestionado tal cosa, y dejar por fin el mismo horario durante todo el año. Pero parece que ahora va en serio. Según Bruselas, una encuesta llevada a cabo en varios países europeos (principalmente en Alemania), demuestra que 8 de cada 10 ciudadanos estamos por eliminar el cambio de hora en la Unión Europea.
En los últimos años, cuando se acerca el cambio de hora de invierno a verano (o más bien cuando es viceversa), se plantean algunos iluminados si no sería mejor no hacer dichos cambios. Y lo más curioso es que no saben con cuál de los dos quedarse.
Me asombran las polémicas y los líos que con ello se hacen no solo los políticos y los medios informativos (que estarían disculpados, y no me pregunten por qué), sino hasta algunos científicos o pseudo científicos. Y se confunden porque mezclan varias cosas o conceptos que no tienen nada que ver los unos con los otros, aunque deberían conjugarse conjuntamente.
Uso horario u hora solar
Sabido es que nuestro planeta Tierra (el hogar donde vivimos) da una vuelta sobre sí mismo en 24 horas (un día y una noche), y que ese giro es de oeste a este (por eso el Sol sale por el este y se pone por el oeste). Por tanto si dividimos 360 grados (círculo del ecuador) entre 24 horas, corresponden 15 grados a cada hora. Esa es la división básica del horario solar: un huso de 15 grados, de polo norte a polo sur en el cual es la misma hora solar. Ese huso (como si fuera un gajo de naranja) se cierra en los polos y tiene 15 grados en el ecuador, como hemos dicho anteriormente. Los territorios, países, pueblos o ciudades contenidos en él ven aparecer y desaparecer el Sol todos a la misma hora (o mejor dicho, dentro de la misma hora). Y, como lo lógico es que los seres humanos, y todos los demás seres vivos del planeta, incluidos los vegetales, tengan unos hábitos y ciclos de vida acorde con las horas de luz y de oscuridad, lo más natural es que la actividad y pasividad de los mismos coincidan aproximadamente en todos los puntos de ese huso horario.
Eso es lo que nos impone la Naturaleza. Pero ahora veamos qué pasa con otro concepto totalmente artificial.
Hora oficial
La hora oficial de un país, región o comarca es un invento humano, social o político, para poner de acuerdo a los ciudadanos o súbditos que habitan un lugar más o menos extenso de la superficie terrestre, coordinando de esta manera sus actividades diarias. Hora de trabajo, de asueto, de descanso, de comidas, etc.
De esta forma, lo más lógico sería también que todos los territorios de un mismo huso horario solar, tengan también la misma hora oficial, es decir, la misma hora en el reloj.
Llevar a la práctica esto sería poco menos que imposible, pues la mayoría de los países comparten varios husos horarios solares y, a lo mejor, le conviene tener la misma hora oficial en todo su territorio. Y al contrario, tal vez algún país tiene como vecino a otro (en vertical) al norte o al sur, pero prefiere no tener la misma hora del reloj que éstos, sino la de otro vecino situado a la izquierda o la derecha, aunque tengan distintas horas naturales.
Todo esto, como ustedes ven es un pequeño o gran problema (según cómo se mire) y los gobiernos de los distintos países son los que al final deciden, y no siempre de la forma más lógica.
En todo caso, y ciñéndonos a la Unión Europea, cada país es soberano de fijar su huso horario (sin locuras, por supuesto). Pero a lo que todos están obligados es a cambiar o no cambiar el horario en las distintas estaciones del año, según lo dicte la Comunidad.
Digamos que en España, durante casi la totalidad de la dictadura de Franco, se mantuvo una hora oficial, fija durante todo el año y coincidente con la de Alemania (al igual que otros países europeos), y fue a partir de 1973 cuando se comenzó a adelantar una hora en verano, siguiendo las directrices europeas, desde hace ya 45 años.
Con ello, desde hace más de 80 años estamos en España en un huso horario que no nos corresponde, ni a la España peninsular y Baleares, pero tampoco a Canarias. Está la Península casi justo a la izquierda del Meridiano de Greenwich, y por tanto debería tener la hora oficial GMT+0, coincidente con Gran Bretaña, Portugal y Marruecos, entre otros, y no GMT+1, como Alemania, Austria o Italia
Canarias, de la que apenas he oído hablar en esta polémica de los últimos días, debería siempre seguir manteniendo una hora menos que la península por estar ésta, aproximadamente, un huso horario solar más al oeste.
Costumbres sociales
Todo esto está muy bien, y hay que hacerlo de la mejor manera posible, para que todo funciones sin demasiados desajustes en el mundo globalizado en que vivimos. Pero otra cosa son las costumbres, que no tienen nada que ver ni con la hora solar, no con la hora del reloj, aunque lógicamente estén influenciadas por ambas (más que nada por la primera).
Como parece lógico, el ser humano está para velar por el día y dormir por la noche, salvo las excepciones a que nos vemos obligados por nuestra propia artificialidad. Así que todo lo demás es alterar nuestros propios ritmos naturales (ciclos circadianos). Alteración que va en aumento gracias a (o por culpa de) la luz eléctrica.
En España, y por culpa de aquel adelanto horario franquista, nos acostumbramos a almorzar a las 13 o a las 14 horas, en lugar de a las 12 de medio día. Luego, por el hecho de las jornadas continuadas en las empresas, almorzamos a las 15, 15:30 o 16 horas pasadas, Y así nos va todo desfasado. Nos levantamos con sol y nos acostamos varias horas después de anochecer. y eso no es lógico ni saludable.
En definitiva, y refiriéndonos a España: Debemos pertenecer al huso horario o meridiano de Greenwich, tener como hora oficial la GMT+0 (una menos que la oficial de ahora de invierno), y no cambiarla en verano. Para Canarias vale lo dicho, pero teniendo en cuenta que está 15 grados más al oeste. Por tanto, una hora menos.
Ah, y muy importante, cambiar nuestros hábitos horarios, tanto para el trabajo como para el ocio y el descanso. No creo que sea tan difícil.