A las ocho de la tarde de un 24 de mayo, pero hace ahora exactamente tres años, la imagen de María Auxiliadora recorría las calles de Ronda en procesión, acompañada por decenas de niños de primera comunión, de pajes y de numerosos fieles.
Pero a la misma hora, mientras sonaban cornetas y tambores, se cerraban los colegios electorales y se iniciaba el recuento de los votos. Y es que ese día los rondeños eligieron a su alcaldesa y a los otros 20 concejales de la Corporación Municipal para esta legislatura.
Sobre las diez de la noche ya se conocían los resulados. El PP, liderado por Maripaz Fernández, ganaba por primera vez las elecciones en la ciudad del Tajo y ese hecho lo celebraron por todo lo alto en su sede de campaña que situaron en el Hotel Maestranza.
Esos resultados le dieron al PP siete concejales; seis al PSOE; tres a APR, otros tres al ya desaparecido PA, y dos a IU. Podemos se quedó sin representación por escasos votos.
Mientras que los populares celebraban su triunfo, en la sede socialista las caras eran largas. Tal y como se preveía, Teresa Valdenebro, que llegó a ser candidata de carambola y tras el caso Acinipo sufrió un descalabro. Pero pese a ello dijo, “a partir de este momento trabajaremos para echar a la derecha de la Alcaldía de Ronda”, con su habitual soberbia.
Por su parte Antonio Marín (Toti) y los suyos celebraban los tres concejales obtenidos tras una campaña exprés e improvisada, en la que logró arrebatarle un gran número de votos a su anterior partido, el PSOE, sobre todo en La Dehesa y El Fuerte, que apoyaron a APR de forma importante.
Los andalucistas, tras el descalabro sufrido por Isabel Barriga, se limitaron a agachar las orejas y guardaron silencio.
Finalmente en la sede de IU festejaron sus dos concejales, y afirmaron que su asamblea sería la que decidiría su postura de cara a esta legislatura, sabedores de que tenían la llave del Gobierno local.
Maripaz alcaldesa
Pasaron los días y Fernández intentó reeditar un gobierno local con los andalucistas, que rechazaron las condiciones del pacto que se les ofreció y prefirieron quedarse en la oposición. El odio les movía.
Mientras, el PSOE maniobraba a la desesperada para intentar conformar un gobierno de izquierda con PA e IU. No lo logró en ese momento.
Las bases de IU, en una asamblea, decidieron que “por dar estabilidad al Ayuntamiento, tras varios años de sobresaltos, debe gobernar la fuerza más votada, el PP”, dijeron con convencimiento.
Pero como viene siendo costumbre en IU, no respetaron este compromiso y cuando no habían pasado ni nueve meses desde la designación de Fernández como alcaldesa, hicieron un paripé de asamblea y acoraron impulsar una moción de censura contra los populares, junto con PSOE y PA, que llevó a la Alcaldía a Valdenebro.
Aquello tan habitual de Álvaro Carreño de «donde dije digo, digo Diego».
El Tripartito en la cuerda floja
Ahora, cuando sólo falta un año para las municipales de 2019, este Gobierno Tripartito, desacreditado, con una lamentable imagen entre los ciudadanos con los que se ha enfrentado en numerosas ocasiones, y tras una pésima gestión, se encuentra en la cuerda floja.
Por una parte tenemos a Valdenebro, a la que ya no quieren ni en su propio partido. Perdió la secretaría general del PSOE no hace mucho y ahora se tendrá que enfrentar en los próximos días a Aguilera en unas primarias en las que se elegirá la candidata para las locales de 2019. Todas las apuestas dan como ganadora a Aguilera.
Mientras, en el desaparecido PA, la rechazada por otros Isabel Barriga ahora intenta despejar su futuro político. Tras quedarse fuera de juego, únicamente le queda como recurso un más que probable fracaso con Andalucía por Sí, si es que finalmente decide arriesgarse.
Y finalmente los de IU claman a la desesperada una confluencia con Podemos para intentar salvar los muebles, auque la formación morada de momento le ha hecho “la cobra”.
Interesante año el que tenemos por delante.