… es uno de los dos únicos accesos que tiene actualmente La Ciudad para el tráfico rodado. El otro se encuentra en El Barrio junto a la Puerta de Almocábar. Ambos quedan unidos por la calle Armiñán cuesta de Las Imágenes, callejuelas que hace como un siglo fueron objeto de ensanchamientos y realineaciones para facilitar el paso a los vehículos. Fue la primera operación urbanística de envergadura de nuestra ciudad. El resto de las vías de nuestra antigua Medina son callejones retorcidos e irregulares con algunas plazas y plazuelas, conformando un conjunto bastante uniforme, sin muchos desmanes.
Este barrio, y la Plaza de Toros, es el polo de atracción de viajeros y turistas. Un lugar donde pasear y perderse oyendo únicamente los propios pasos. Edificios, entorno, vistas; tranquilidad y armonía. Piedras, cal y tejas. Rejas,… muchas rejas. Blancos en derredor, algunos verdes y un cielo azul rayano en lo sobrenatural o gris brumoso que esparce romanticismo. Una hermosa Ciudad.
Hermosa pero también problemática. Tiene graves problemas, algunos propios y otros que le han caído encima. En su mayoría tienen solución si realmente quieren solucionarse y, me temo, esto corresponde a nuestros dirigentes, la mayoría Sentados. Casi todos hablan maravillas siempre, pero no muestran un interés equivalente. Cuando no decretan ocurrencias practican el dolce far niente. Los planes de protección están siempre pendientes y cuando se ponen en marcha nadie entiende por qué son redactados de espaldas a la realidad. Parece que siempre se confían a iluminados o sabelotodos que viven en las nubes o en sus oficinas bien aisladas. Lo cierto es que los resultados, dos fracasos consecutivos, han sido nefastos.
Estos fracasos siguen obligando a que las actuaciones en los edificios que la integran sean autorizadas por otros Sentados, estos sí que lo están siempre, muy alejados de nuestro pueblo y de nuestros intereses y, además, totalmente inconsecuentes. Apoyados en una normativa anacrónica nos están llevando al arruinamiento integral, a la pérdida generalizada del patrimonio heredado. A ello hay que añadir la falta de sensibilidad de Quien Corresponda para actuar diligentemente en el mantenimiento cotidiano de calles, jardines y monumentos, así como en el adecentamiento y la limpieza general. Sin hablar de la mostrada en la proliferación de señales o la adecuación del mobiliario exterior y publicidad de locales comerciales y, esto ya es el colmo, en el multicableado que recorre todas las fachadas, TODAS, sin el menor cuidado con sus composiciones y facturas. Hay más, pero con estos basta para sentir honda preocupación y los llevamos arrastrando desde …
Esos son problemas propios. Los sobrevenidos más graves están directamente relacionados con la proliferación de grupos turísticos masificados e incontrolados que campan por sus respetos y cuyos guías permanecen impasibles ante la mala educación que muchos de sus guiados demuestran. Y, especialmente, con el aumento desproporcionado del tráfico rodado por su travesía. Tráfico que viene y va, pasando por allí porque no hay otro sitio o alternativa lógica. Es absolutamente inaplazable controlar este trasiego de coches que ningún beneficio conlleva y sí multitud de perjuicios.
Para controlarlo, sin fastidiar en exceso a los vecinos y sus negocios, la primera medida a tomar, sencilla, muy barata y sin dificultad de implantación y gestión es la declaración de La Ciudad como Zona Residencial. En el código de la circulación aparece esta figura que es indicativa. Orienta, no prohíbe y es de las pocas que promueve el respeto mutuo, no es una pura imposición. Con su implantación la velocidad máxima queda limitada a 20 km/h, muy prudentita y desalentadora para quien vaya con prisas. Los peatones tienen preferencia, que es muy bueno para disfrutar de este conjunto, pero no deben molestar caprichosamente la circulación de vehículos. Y no se puede estacionar sino en lugares especialmente indicados. Ya se lo propuse a nuestra Corporación de hace escasos años cuando se limitó el estacionamiento allí y colaboré en su puesta en marcha hasta que se llegó al absurdo.
Cuatro señales S-28 serían suficientes, dos en cada acceso (inicio y fin), que con cuatro o cinco más de dirección obligatoria completarían todas las necesarias para regular perfectamente el tráfico por La Ciudad. Los lugares y usuarios autorizados para estacionar se señalarían con delicadas marcas en paredes o pavimento. Fácil, simple y ahorrativo. Mucho más si, haciéndolo bien, se recuperan las innúmeras señales, superfluas y redundantes, actualmente instaladas, aprovechándolas para otros sitios donde puedan hacer falta. No se necesitarán pases especiales ni numerosos guardias apostados en las cabeceras del puente ni favores a amigos o compromisos. Sin controversias ni molestias a los vecinos. Sin menoscabo en negocios. Sin recorridos kilométricos o innecesarios aislamientos. Después será preciso poner en marcha otras medidas complementarias que ya esbocé el otro día y que voy a desarrollar.
Pero eso será otro día.
P.D.: el “¡Aquí mando yo!”, que el otro día señalé como expresión icónica del comportamiento de un Sentado, ha quedado de manifiesto con total descaro este jueves. Tristísimo.
Q más da
Referente a que es Un lugar donde pasear y perderse oyendo únicamente los propios pasos, ya nos gustaría q fuera así.Lamentablemente eso no es posible.Por cojon… hay q es escuchar al músico callejero de turno tocando la guitarra , el violín o el Sr del acordeón q parece amenizar una feria allá por donde va.
Del multicableado que vamos decir, pasen por calle la mina junto a jardines de Cuenca y vean como han dejado hace unos días los de TV local los cables.Q esta empresa haga lo q le venga en ganas.No pasa nada.En este asunto la Sra de patrimonio no se mete,
Los grupos turísticos masificados y descontrolados, parece ser q es lo q interesa.Para el Ayto mientras más mejor, aunque la mayoría sean de los q llegan a Ronda, se dan la vuelta de turno, hacen un pipí o una caca donde pueden y hasta luego Lucas (grande Chiquito).No entiendo ese interés en ese tipo de turismo q es mayoria.Siempre se ha dicho q más vale «poco» y bueno q mucho y malo