Cartajima acogió recientemente un curso de formación en reanimación cardiopulmonar básica con desfibrilación semiautomática, una actividad organizada por el Ayuntamiento de la localidad tras la reciente adquisición de un desfibrilador que estará disponible para toda aquella persona que precise su uso.
El curso fue impartido por Antonio Varela, médico especialista en cuidados intensivos del Hospital de Antequera y coordinador del grupo de formación en reanimación cardiopulmonar del Área Sanitaria Norte de Málaga. Varela explicó que con la puesta en marcha de esta iniciativa se pretende que los vecinos adquieran la capacitación tanto técnica como legal necesaria para atender a alguna persona que pudiera sufrir una parada cardiorrespiratoria en los vitales primeros minutos, hasta que llegasen los profesionales sanitarios.
En este sentido, los inscritos aprendieron a reconocer a alguien que hubiera padecido un paro cardiaco y, tras pedir ayuda al sistema sanitario, cómo se realiza la atención inicial al enfermo y cómo se utiliza el desfibrilador semiautomático. Además, el médico mostró algunas técnicas concretas a seguir en caso de atragantamiento o el posicionamiento de personas en situación de inconsciencia.
El curso se llevó a cabo haciendo uso de simuladores específicos de paradas cardiorrespiratorias y de desfibriladores, con lo que la docena de personas inscritas tuvieron la posibilidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos. En este sentido, Varela adelantó que en los próximos meses se prevé repetir el curso en Cartajima para aquellos que no han obtenido plaza en esta ocasión.
El desfibrilador obtenido por el Ayuntamiento será colocado en un sitio accesible del centro del pueblo con la idea de que si en un momento dado sucediera alguna emergencia y se requiriese su uso, esté situado lo más cerca posible de todos los vecinos.
Antonio Varela recordó que “hoy en día la principal causa de mortalidad en nuestra sociedad son los infartos agudos de miocardio, por lo que el hecho de disponer de un desfibrilador semiautomático y que los posibles testigos de la parada estén entrenados en el procedimiento a seguir aumenta mucho las posibilidades de que la víctima de una parada cardiorrespiratoria pueda sobrevivir, sobre todo en poblaciones como Cartajima, donde por lejanía los profesionales del sistema sanitario suelen tardar un poco más en acudir desde que se da la alarma”.