El obispo de Málaga, José Catalá, acompañado por el párroco de la Colegiata de Santa María la Mayor, Salvador Gerrero Cuevas, y numerosos clérigos de la ciudad, han bendecido esta mañana la pasarela turística que se ha situado en las cubiertas del principal templo rondeño, en un acto en el que también han participado la alcaldesa, Teresa Valdenebro, miembros de la Corporación Municipal, autoridades civiles y militares, así como responsables de las distintas hermandades y cofradías de la ciudad.
En su intervención, Catalá ha recordado que esta instalación, que complementa la oferta turística y patrimonial de la ciudad, se ha realizado sobre una edificación cristiana, y que por ello debe servir para acercar a los fieles aún más a Dios.
El proyecto ha sido dirigido por el arquitecto rondeño Sergio Valadez, con el impulso con del párroco Salvador J. Guerrero Cuevas, y detrás de él el del Obispado de Málaga.
Para hacer realidad esta actuación, que ha contado con una inversión de 165.000 euros, se ha situado una tarima de madera, lógicamente asegurada con una barandilla y bancos para sentarse y contemplar los paisajes que ofrece el edificio más alto del casco histórico de Ronda. Todo ello causando el mínimo impacto visual en este legado de todos los rondeños que se empezó a construir en el siglo XIV y se finalizó en el XVII. En este inmueble, de gran valor arquitectónico, se pueden contemplar los estilos árabe, mudéjar, gótico, renacentista y barroco.
Datos técnicos
La pasarela, con una superficie de unos 200 metros cuadrados y con una barandilla de 90 metros de longitud, recorre tres partes de la colegiata, los dos laterales y la trasera, las menos vistas por los turistas y los rondeños.
Además de contemplar unas vistas inigualables de la ciudad, también ofrece la posibilidad de ver el interior del templo desde el mismo techo, lo que permite observar todos los detalles del artesonado de la zona superior, que desde el suelo son prácticamente inapreciables.
Igualmente, los puntos de luz que recorren la pasarela se han camuflado a la perfección en el suelo y barandillas, con lo que no ha sido necesario tocar ninguna de las históricas piedras de Santa María.
Tras subir los 70 escalones que están situados en la escalera de caracol, empieza el paseo, en el que la seguridad y la comodidad están presentes en todos los rincones. Además de la tarima de madera de la pasarela, se han situado bancos con el mismo material para que los visitantes puedan sentarse y contemplar los paisajes de forma relajada.
Su recorrido está incluido en el precio de la visita a la colegiata, aunque para los rondeños, presentando el DNI, es totalmente gratuita. Eso sí, por razones de seguridad no puede haber más de 40 personas el mismo tiempo en la pasarela, por lo que igual, en momentos puntuales, hay que aguardar cola.
Este proyecto se ha complementado con una iluminación artística para que se pueda observar toda la magnitud del edificio durante la noche.