Probablemente dentro de poco tengamos serios problemas económicos. El tripartito, aunque parezca increíble con el chaparrón que tenemos encima, sigue tirando de papá Merinos, previa advertencia de la Intervención Municipal (hay una reclamación de pago por parte de la mercantil de más de 15 millones de euros, a los que habrá que sumarle 400.000 euros más que van a gastar ahora). Lo triste es que en el caso de que haya que devolverlo, esta temeridad la vamos a pagar todos los rondeños a base de impuestos -como siempre-, en vez de pagarlo ellos de su bolsillo por gastárselo a sabiendas de que no deben.
Por cierto, repasando las actas de los plenos anteriores, IU y PSOE siempre habían mostrado su desacuerdo a gastar el dinero proveniente de Merinos, antes incluso de que la empresa reclamara su devolución… ¡Qué tendrá el sillón que cuando te sientas te cambia tanto el parecer! Uno de los más cambiados es Carreño que vive la conversión de San Pablo: antes perseguía a los cargos de confianza y su eliminación era una línea roja en negociaciones; tras entrar en el Gobierno de Damasco, además de tener 4, hace alegatos públicos en defensa de los mismos y dice que mientras más haya, mejor.
Que no cunda el pánico. Para evitar la ruina del Ayuntamiento han decidido ahorrarse unos 18.000 euros aproximadamente en dos cargos de confianza, y así devolver esos 15.5 millones y los 400.000 euros añadidos; se hará más llevadero. Un delegado, al igual que un cargo de confianza, le sale barato o caro a los ciudadanos según los beneficios que reviertan en ellos y lo eficientes que sean; por ejemplo, la acción estrella de gobierno de Alberto Orozco ha sido elaborar un Reglamento de Distinciones y Honores, de una extensión de 13 carillas y regular así los lugares que deben ocupar cada uno en los actos. Juzguen ustedes mismos.
Por cierto, me gustaría saber de qué honor gozan Juan Fraile o Juan Benítez para ser invitados a visitar las obras del nuevo hospital con toda la comitiva socialista, ya que no estaban invitados los ex alcaldes… entonces entiendo que sería por otro mérito más allá de ser amigos de la alcaldesa.
Si el delegado de Protocolo, y de otros menesteres de vital importancia para los ciudadanos, hubiera redactado el Reglamento con detenimiento -ese que va a erradicar el problema del paro en Ronda- sabría que en esa visita hay gente de más y gente de menos. La oposición, por ejemplo, no estaba invitada y en su corta y pega de otros pone que los portavoces municipales deben estar en esa primera fila que tanto ansía. Sin embargo, en el periodo de Fernández -cuando carecíamos de este vademécum- eran invitados todos los grupos políticos; por tanto, algo falla. Es de rigor que si han aprobado estas normas, al menos, deberían leérselas y aplicarlas.
De todas formas, me parece sonrojante que este Equipo de Gobierno, en la situación de estancamiento que vive la Ciudad, se dedique a debatir cerca de una hora en el Pleno (por cierto, en agosto no hay Pleno Ordinario, imagino que será por falta de asuntos, de ganas de trabajar, calor…) sobre ello. Lugar donde se tienen que sentar, mientras hay vecinos que hacen malabares para poder llegar a fin de mes; esas personas son las que se merecen el mayor de los respetos y las dignidades y no sus ilustrísimos, que en vez de trabajar por paliar su situación, se dedican a jugar a la silla.