El Área de Gestión Sanitaria Serranía de Málaga ha desarrollado talleres de formación e información sobre los efectos de las temperaturas excesivas en centros residenciales de personas mayores. Esta acción de prevención en salud ha sido llevada a cabo por las enfermeras gestoras de casos de las Unidades de Gestión Clínica de Ronda Norte y Ronda Sur –Santa Bárbara, Eva Naranjo y Cristina Higuero.
Estos talleres, enmarcados en las acciones del Plan Andaluz de Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud, han estado dirigidos a profesionales y personas usuarias de tres centros residenciales de Ronda. Entre los contenidos impartidos se encuentran recomendaciones básicas como son evitar las horas más intensas de sol, salir al exterior con protección (tanto con ropas ligeras y de color claro, sombreros y protección solar), ventilar las estancias, bajar las persianas durante las horas donde la temperatura es más elevada, mantener un buen nivel de hidratación, conservar adecuadamente los alimentos y moderar las actividades físicas en las horas centrales del día.
Por otro lado, a los y las profesionales de estos centros sociosanitarios también se les ha ofrecido información más específica sobre el uso y conservación de medicamentos, preservación adecuada de alimentos, así como medidas preventivas y protocolos de actuación ante la aparición de sintomatología relacionada con el calor.
La finalidad del Plan Andaluz de Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud es minimizar las consecuencias que el calor pueda tener sobre los colectivos más vulnerables, como son las personas mayores, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave, menores de 4 años (especialmente lactantes) y personas que trabajan expuestas al sol.
La línea de actuación de vigilancia, control y seguimiento de la población de este plan de prevención trabaja en la identificación de las personas más vulnerables a las altas temperaturas propias del verano, con el fin de establecer una coordinación efectiva entre las diversas instituciones y organismos implicados.
Así, desde los servicios de atención primaria se ofrece información a la población general y se trabaja en la identificación de pacientes de riesgo para su inclusión en el plan de seguimiento telefónico que realiza Salud Responde. Además, se intensifican las visitas domiciliarias para monitorizar los signos y síntomas relacionados con el calor y proporcionar consejos para evitar y controlar los efectos del aumento de temperaturas. También se realizan talleres de formación e información a profesionales de centros residenciales como los anteriormente expuestos.
Las personas identificadas como población de riesgo son, en su mayoría, mayores de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, personas cuyo estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica, o que tomen algún medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor; a esto se suma, en muchos casos, que estas personas no disponen de condiciones de habitabilidad adecuadas en sus viviendas para protegerse del calor.
