La existencia del Hospital de Ronda posee una dimensión añadida a la obvia de sanar o aliviar las dolamas de la población. El Hospital forma parte fundamental de la función pública. Una empresa pública de la que emanan unos beneficios distintos a los propios.
A la no muy rigurosa idea que cataloga a la industria turística como la principal base económica del Ronda, hay que confrontar la realidad de que es la función pública encabezada por la sanidad quien sostiene la mayor parte de la economía. El empleo generado por la sanidad, la educación, el ejército, Hacienda, Seguridad Social y Juzgados convierte a la función pública en la primera “industria” rondeña.
Una ciudad que pierde habitantes de forma prematura debido a la inexistencia de estudios universitarios y de forma masiva por su escasa oferta laboral, tiene en el Hospital su mayor asidero demográfico. Además del beneficio económico, la llegada de personas de diferentes orígenes supone para los rondeños un enorme enriquecimiento personal, social y cultural. De la masiva llegada de profesionales acaecida a principio de los años ochenta, aún quedan algunos en activo y a otros se les puede ver paseando ya jubilados. En ambos casos son personas que han desarrollado su vida personal y profesional en Ronda. Tras estos años de dedicación no han merecido ningún reconocimiento institucional, ni individual ni colectivo. Esta ciudad llena de hijos adoptivos y predilectos, donde cualquiera tiene una calle a su nombre, se ha olvidado de ellos.
Una desnortada concepción de lo que supone un Hospital público en un sitio como Ronda, pone en serio peligro los beneficios sociales. La precariedad de los contratos que la Junta aplica a los sanitarios hace que muchos de ellos no puedan permitirse desplazar a sus familias e instalarse en Ronda. Contratos mes a mes, a un 75% de actividad en el mejor de los casos no lo permiten.
La equivocada idea de una gestión hospitalaria que pretende mantener los servicios y prestaciones con menos profesionales, no solo no consigue el supuesto objetivo sino que perjudica y mucho a Ronda. Hay quien cuantifica en 200 los empleos sanitarios recortados producto de la crisis, si a esto le añadimos los que vienen motivados por el diseño del nuevo Hospital, concebido sobre la idea base de prescindir de personal, más que aumentar en servicios le está abriendo a Ronda un nuevo frente de pérdida difícilmente recuperable.