El Ayuntamiento de Faraján ha finalizado la obras de puesta en valor del sendero que une el casco urbano del municipio con las Chorreras de Balastar, dos impresionantes saltos de agua que se sitúan en las inmediaciones del pueblo.
La actuación comenzó el pasado 22 de febrero y se han acometido, entre otros trabajos, la construcción de muros de piedra para evitar desprendimientos, la reparación de acequias y la limpieza, arreglo y adecentamiento de alrededor de dos tercios del recorrido del sendero, que en su totalidad tiene 3 kilómetros de distancia. Con la realización de estos trabajos el Ayuntamiento de Faraján ha puesto de manifiesto su firme intención de mejorar el acceso a uno de los mayores atractivos turísticos del municipio, como son las Chorreras de Balastar. Desde el Consistorio se ha querido reconocer la colaboración de los dueños de las diferentes propiedades privadas que limitan con el camino ya que, gracias a su buena disposición, se ha logrado alcanzar un acuerdo que permitirá que, en breves fechas, el sendero para llegar a las Chorreras de Balastar tenga un recorrido circular.
El proyecto de arreglo del camino ha contado con un presupuesto total de 45.000 euros aportados por la Diputación Provincial de Málaga en el marco del Plan de Inversiones Productivas 2015. Tras el proceso de selección correspondiente, la empresa adjudicataria de los trabajos ha sido Juan Antonio Fernández Márquez, que para la correcta realización de cada una de las tareas a acometer ha procedido a la contratación de tres trabajadores.
Desde el Ayuntamiento de Faraján se ha animado a todas las personas que lo deseen a visitar tanto el municipio como las Chorreras de Balastar, dos espectaculares saltos de agua de más de 20 metros de altura que se dan en la zona debido a la escarpada orografía del terreno y a su relieve kárstico. Además, en el entorno se pueden observar numerosas acequias de canalización y distribución de aguas construidas para aprovechar el abundante caudal de arroyo. Estas acequias, excavadas en la propia roca, datan de la época musulmana y desde los antiguos pobladores del asentamiento árabe de Balastar hasta los actuales vecinos de Faraján han sabido utilizarlas para regar sus árboles frutales y huertos, situados en bancales. En el recorrido del sendero también se hallan las ruinas de un antiguo molino que se servía de la fuerza del agua para realizar su labor.
Cabe destacar para finalizar que, en los últimos años, Faraján en particular y los pequeños municipios que forman el Valle del Genal en general están apostando de forma decidida por atraer visitantes, ya que el turismo rural se está convirtiendo en un sector en auge en la zona debido a su riqueza paisajística y medioambiental, la amplia oferta de actividades en contacto con la naturaleza y la exquisita gastronomía tradicional.
