Cultura y Sociedad

El camino hacia el Rocío, marcado por el mal tiempo y el barro

El Simpecado de nuestra ciudad disfrutó de su jornada de convivencia en la aldea almonteña

El Plan Romero e vio obligado a determinar vías alternativas por la situación de los caminos

La Hermandad del Rocío inició el pasado lunes su tradicional camino o ‘el camino de asfalto’, como este año se ha denominado, hacia la aldea onubense de Almonte que quedará para el recuerdo por el mal tiempo y el barrizal creado por las intensas lluvias. Las inclemencias meteorológicas empañaron los cantes y las indumentarias de los peregrinos durante un trayecto que ha visto alterado su itinerario, actos a celebrar y horarios. A los impracticables caminos de tierra el Plan Romero fue buscando alternativas y el 90% de las hermandades tuvieron que atravesar senderos alternativos, llegando a utilizar en la mayoría de los casos las carreteras.

Los actos del camino hacia la Ermita de la Virgen del Rocío comenzaron el pasado lunes en Santa María la Mayor con la misa de romeros mientras las precipitaciones empezaban a aparecer y a presagiar lo que nadie esperaba. Con finas gotas y los bueyes portando el Simpecado se hizo un recorrido por las calles rondeñas sin faltar la despedida de la Patrona, pasando por el Santuario de la Virgen de la Paz. Posteriormente se unieron las carriolas estacionadas en Blas Infante. Antes de dejar la ciudad, los rocieros quisieron hacer una parada en el monumento a la Virgen del Rocío situado en la parte alta de la calle Jerez y despedirse de la Hermandad de la Pollinica en la barriada de la Dehesa, como homenaje a su Hermana Mayor, María Blanco, que este año termina su mandato al frente de la misma. Partieron sobre unas 100 personas y 12 vehículos.

La presentación del Simpecado rondeño ante los pies de la Virgen del Rocío se realizó este viernes pasadas las ocho de la tarde, donde fueron recibidos por la Hermandad Matriz de Almonte. Previamente, por la mañana a eso de la una de la tarde, entraron a la aldea onubense tras sobrepasar el puente del Ajolí, donde la Hermandad rezó la Salve en agradecimiento a la Blanca Paloma. Dos de los momentos más esperados tuvieron lugar el miércoles. El Paso del Quema no pudo realizarse como suele ser habitual con las carriolas cruzando el río mientras los rocieros avanzan a su lado. La crecida y la tromba de agua que estaba azotando los caminos ese día obligaron a utilizar el puente. Por la tarde, los cielos respetaron para recibir a nuestra Hermandad del Rocío en su llegada a Villamanrique de la Condesa.

Duro y largo camino donde la ilusión y la alegría no se perdieron en ningún momento. Este fin de semana disfrutaron en Almonte, acompañado de mejor tiempo, viviendo junto a los peregrinos de las demás hermandades su esperada jornada de convivencia y fe. Sintiendo el calor de la Blanca Paloma


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