Tres plenos, tres sesiones broncas y muy tensas. Mal asunto. No hay manera de que los líderes de las formaciones rondeñas atemperen sus discursos y los enfrentamientos van y vienen entre susurros desaprobando la actitud del rival, nunca de los suyos. Lo peor del asunto no son las tensas discusiones en las sesiones plenarias, el problema en la no existencia de relación directa entre los partidos y que la comunicación este rota.
No es cuestión de pedirles que tomen café con frecuencia ni que queden para salir, es cuestión de que las líneas de diálogo entre las formaciones políticas se mantengan abiertas, aunque ahora existe un Gobierno local con mayoría absoluta.
Con asuntos tan importantes como Merinos, PGOU o innovaciones para proyectos de relevancia con la almazara Starck, el diálogo no puede limitarse a los órganos estrictamente oficiales, como las comisiones o plenos, que también.
La situación de tensión solo podría justificarse en el encaje del nuevo papel que ahora desempeña cada uno, tanto el gobierno como en la oposición, aunque lo deseable sería una disminución de la crispación y una mejora de las relaciones entre las diferentes líderes, aunque mucho me temo que estoy lanzando un grito en el desierto, y es que las relaciones son peores de lo que podamos llegar a imaginarnos y el limar este asunto llevará bastante tiempo.
Sería bueno que los partidos rondeños se diesen la mano para pelear por temas como el hospital o comunicaciones, tomando el ejemplo de los alcaldes de la comarca, que la gran mayoría de ellos han logrado sentar en una misma mesa a responsables de la Diputación y de la Junta de Andalucía para tratar la situación de las carreteras internas y externas de la comarca.