Hay españoles que son “muy españoles y mucho españoles” como diría el Presidente en funciones, Sr. Rajoy. También hay los “españoles de pacotilla” que son esos que son tan españoles para algunas cosas, que se dan golpes en el pecho, pero luego a la hora de pagar sus impuestos prefieren irse a otro lugar más beligerante digamos, como ejemplo tenemos a las hermanas de los Reyes que tenemos, tanto el emérito como el titular, que si algo tienen en común es hermanas a las que no les gusta pagar muchos impuestos, al menos en España, por mucho que la quieran y la defiendan. Luego están los españolitos de a pie, esos que no paran de pagar impuestos y a los que el Sr. Montoro, también Ministro en funciones, no para de perseguir como si fueran delincuentes, ahogados de pagar y encima sospechosos de defraudar.
Me hace especial gracia cuando en la barra del bar o en la plaza donde paseamos habitualmente, salen las discusiones defendiendo a tal o cual deportista o empresario e incluso a algún que otro político, como si nos fuera la vida en ello, cuando realmente esas personas a las que se defiende con tanto ahínco suelen ser más suizos, andorranos o, últimamente nos hemos enterado, panameños.
Lo grave no es sólo que esos que tanto dicen querer a su país y lo defienden en distintos ámbitos, no están dispuestos a mantener la sanidad, educación o las infraestructuras necesarias para que tengamos un bienestar más o menos adecuado a un país del primer mundo, me es más penoso que no sean capaces de colaborar con la Seguridad Social para pagar nuestras pensiones, ellos algún día la pedirán en España, pasando de los países donde actualmente están tributando, a esto se le llama “caradura” por emplear un adjetivo suave, que los tenemos peores.
Sólo espero que en la próxima discusión que tengamos para defender a según qué “representante” de los mejor del país, miremos antes si ellos están dispuestos a defenderlo, pero pasando por caja, que de “pacotilla” estamos hartos.