Los superticiosos dirán que nos ha mirado un tuerto, los conspiranoicos, a que existe una mano negra contra nuestra ciudad y el PP insistirá en que la Junta de Andalucía no quiere que Ronda prospere y ponen zancadillas a cualquier iniciativa que pueda beneficiar a la Ciudad del Tajo.
Sin entrar en especulaciones que no corresponden a un medio de comunicación, la realidad es que las relaciones entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Ronda son cuando menos tirantes, tirantez que no beneficia ni a unos ni a otros y la decisión de la consejería de Cultura de pedir nuevas objecciones para la proyectada puesta en marcha de la Pasarela del Tajo es un nuevo palo en las ruedas del equipo de Gobierno municipal.
En principio todo parecía que estaba más que acordado y no habría problemas para poner en marcha un proyecto que había recibido halagos de todos los partidos, la iniciativa fue presentada por la entonces primera Teniente de alcalde, Isabel Barriga. Y que ahora Cultura ponga pegas a una inversión de más 300.000 euros, que puede suponer un nuevo aliciente para nuestra ciudad es cuando menos cuestionable.
Por el bien de todos, en este caso debería primar el de los ciudadanos de Ronda, sería bueno que las distintas administraciones se dejaran de luchas partidistas y se dedicaran a intentar buscar soluciones y no controversias que muchos piensan que no existirían si ambas administraciones confluyeran en un sólo partido.
