Llega un nuevo año y suelen ser fechas para hacer propósito de enmienda. No sería mala idea que por el Consistorio se sentasen unos minutos a repensar la actitud que están teniendo nuestros políticos, como si de una pequeña España se tratase. Si alguno quiere saber qué pasará en el Congreso, en Ronda podemos dar una conferencia, experiencia ya tenemos bastante con un Gobierno en minoría, y eso que solo llevamos medio año de legislatura.
Intereses de partidos por encima del interés general de la ciudad, jugadas para dejar claro qué poder tiene cada uno, concejales que no se hablan, malos rollos y hasta un tetris que duró una semana para ver dónde sentarse cada uno en el Pleno porque algunos quieren que se les vea junto a otros. Todo, menos asuntos de calado.
Esperemos que los políticos rondeños hagan borrón y cuenta nueva, aunque, sinceramente, son pocas las esperanzas.
Los pocos proyectos que llegan a la ciudad en estos tiempos de crisis, como la almazara ecológica de Philippe Starck siguen en el limbo, mientras en los pasillos municipales se habla más de una posible moción de censura que de cómo sacar a la ciudad de la deriva negativa en la que anda metida.