Siempre habíamos oído sotto voce que los fascistas habían despeñado a republicanos por el tajo. Algunos niños hacíamos cábalas sobre esas veladas noticias mirando por los balcones del puente cuando pasábamos para ir al colegio de los salesianos en el campillo. Luego eso ya pasó y como tantas otras cosas quedaron en el olvido por las circunstancias. Algunas veces he preguntado, con mucho tiento, a gente muy mayor sobre esos crímenes horrorosos y nunca tuve una respuesta concreta. Es normal que así haya sido porque los testigos de esas atrocidades eran sobre todo los asesinos que disfrutaban despeñando a nuestra gente y porque esos hechos ocurrieron en las primeras semanas de la ocupación de Ronda por el ejército franquista, los falangistas, los moros, fascistas de Mussolini y los nazis de Hitler.
De esas primeras fechas que van desde el 16 de Septiembre hasta el 14 de Marzo del 1937 no encontramos documentos porque los franquistas los ocultaron o destruyeron cuando en 1945 los ejércitos aliados vencieron a los alemanes y Franco y sus secuaces se rilaron de miedo porque creyeron que les había llegado la hora de rendir cuentas a la justicia universal por todos sus crímenes. Así debería haber sido, como ocurrió en Alemania juzgando a los nazis alemanes y en Italia juzgando a los fascistas italianos. Pero los españoles tuvimos la mala suerte de que en la malvada división de bloques quedamos bajo el imperialismo yanqui y Paca la culona no dudó en vender España a bajo precio para seguir mangoneando y pisoteando miserablemente a todos los pueblos de España. Pero eso es otra historia que algún día habrá que abordar para la verdad.
Así hemos pasado 40 años de dictadura y otros 40 años de algo que parece democracia en los que la memoria histórica de las víctimas ha sido conservada por los familiares y que trabajosamente vamos sacando a la luz.
Hace unos días me ha sorprendido una comunicación que desde un lugar de Andalucía me dice:
“…mi tío abuelo paterno (Manuel Harillo Ruiz del Valle) lo mataron en Ronda y después lo tiraron por el Tajo, a su mujer (Encarnación Reina) estando embarazada la raparon y la pasearon por el pueblo y se tuvo que venir para esta ciudad para que la acogieran mis abuelos. No sé mucho más, sólo quisiera información de cómo está enterrado y si está en fosas…”
Es la primera información directa y fehaciente que tenemos en la asociación de que de verdad los sublevados contra la República hicieron horrores: mataban a la gente, hombres, mujeres, jóvenes, mayores y además los tiraban por el tajo, como hacían en la sima Jinamar en Canarias o en otros sitios. También después de fusilados los tiraban en las fosas a patadas o los quemaban, o también los hacían aparecer muertos por peritonitis o por derrame cerebral o ahorcados o ahogados o arrollados por el tren o envenenados…
Son tantos y tan graves los crímenes cometidos por Franco y sus acólitos que sus descendientes físicos o intelectuales todavía tienen miedo de que se sepa la verdad y de ahí el esfuerzo por minimizar o anular la memoria histórica que hemos conservado y representamos los familiares vivos.
No puede haber democracia para construir una sociedad digna y avanzada si no recuperamos a nuestros familiares hechos desaparecer, que están en miles de fosas esperando que se haga la verdad, la justicia, la reparación y podamos enterrarlos dignamente.
El Estado español no cumple los acuerdos de la ONU. Las heridas siguen sin curarse, el dolor de las familias continúa… Pero mientras nos quede voz hablaremos de nuestros muertos.