Aunque la frase parece hecha y se ha pregonado mucho a lo largo de estos días, la verdad es que es una realidad latente. París fue el pasado viernes lo que Madrid en el 11 de marzo de 2004 y lo que Nueva York cuando el atentado de las Torres Gemelas; o en cualquiera de los salvajes atentados que los bárbaros realizan a lo largo del mundo en nombre de un falso islamismo que no se corresponde con la brutal actuación de estos terroristas.
Lo peor de todo lo sucedido, es que mientras en Francia cierran filas a favor de cualquier medida que tome su gobierno, aquí nos dividimos en las decisiones a tomar, las apuestas por el diálogo afloran en unos partidos de izquierda y ultraizquierda que deberían explicar como se habla con esos bestias y el gobierno mantiene una postura tímida sobre la posibilidad de entrar en una guerra que tanto daño les hizo en 2.004.
En todo caso, gane quién gane dentro de 29 días según nuestra fecha de salida a la venta, todos los políticos tendrán que pronunciarse sobre el error que puede suponer para el mundo occidental seguir dejando campando por sus respetos a las bestias del mal, y tan mal, llamado Estado Islámico; y las consecuencias que su permanencia tendría para la seguridad de una Europa que ya ha sufrido demasiadas consecuencias de esos asesinos.
