Nos vamos acercando al periodo navideño, tiempos de paz por excelencia, y las aguas de nuestro Ayuntamiento se mantienen convulsas con múltiples reuniones, a tres o cuatro bandas en algunos casos para menear la silla presidencial que ostenta Mª Paz Fernández.
La realidad es que, de momento, la actual alcaldesa puede sentirse tranquila, las posibilidades de acuerdo de los grupos de la oposición son más que limitadas. Algunos no pactarían entre ellos por nada del mundo, aunque todo puede variar a partir de las elecciones del 20 de diciembre, elecciones generales que van a marcar muchas corporaciones locales, la nuestra una de ellas y que sin duda podrían alterar la actual situación política de la ciudad.
La división entre equipo de gobierno y oposición es cada vez más evidente. El comportamiento de los primeros tiene muy enfadados a los segundos, aunque el acuerdo entre ellos es más complicado de lo que puede parecer y por tanto las vacaciones de Navidad, que serán decisivas para un futuro que ya nadie sabe quién maneja y que desgraciadamente puede condicionar un incierto porvenir.
Este mes puede ser más que propicio para el acercamiento de posiciones entre todos los implicados, lo cual sería cuando menos una buena noticia para unos ciudadanos,que cada vez tienen más recelos con nuestros representantes públicos.