El delegado del Colegio de Abogados de Málaga en Ronda dice permanecer atento a que no se vuelva a recuperar la idea de eliminar el partido judicial propio, mientras considera que las tasas judiciales que han estado funcionando han supuesto que ciudadanos no puedan reclamar sus derechos.
¿Cómo ve la situación actual de la justicia, como delegado del Colegio de Abogados de Málaga?
La apariencia general es que la justicia funciona, aunque tal vez con un poco de lentitud. Pero parece que hay más conciencia y los ciudadanos cada vez acuden más a la justicia para cualquier cosa, mientras que antes se intentaban solucionar algunos asuntos extrajudicialmente. La cultura ahora es de acudir más al juzgado, quizá por el avance de la sociedad democrática, y la gente reclama sus derechos en los tribunales. Eso es algo positivo, porque significa que hay un Estado que funciona, aunque es cierto que a veces se produce una avalancha de casos que hace que se ralenticen mucho. Y como se suele decir, la justicia que es lenta no es justicia. Pero la voluntad creo que es buena, los funcionarios tratan en la medida de lo posible de cumplir con su trabajo, al igual que los jueces, los fiscales y el resto de agentes. Lo deseable es que hubiera más medios para que todo marchara de forma más fluida.
¿Se debe solo a una falta de medios esa lentitud, o también es una cuestión de capacidad?
Yo creo que los jueces, los fiscales y los funcionarios están muy bien formados, así que es más bien una falta de medios.
La mediación se ha impulsado mucho pero parece que no acaba de funcionar.
La mediación puede ser una salida muy buena, pero quizá todavía no existe esa conciencia. Ya en muchos casos se media, porque es cierto eso de que más vale un mal acuerdo que un buen pleito, pero todavía falta que se produzca esa consagración definitiva de la mediación, de que se acuda más y de que los propios letrados apostemos más por ella. En mi caso, me considero un abogado bastante mediador, me gusta acudir a ese organismo.
«Las tasas judiciales suponían un gran obstáculo para cualquier ciudadano que quisiera reivindicar sus derechos por medio de un litigio»
Y además es un recurso más económico.
Efectivamente, es más económico en todos los sentidos. Por ejemplo, un divorcio de mutuo acuerdo es más económico y además es menos traumático. Todo llegará, estamos en el camino.
En la actualidad existe una cierta polémica en torno a la figura del abogado de oficio, que parece estar un poco denigrada. Y en algunas comunidades incluso se han puesto de huelga. ¿A qué cree que se debe esto?
La sociedad es cada vez más consciente de la importancia del papel que cumple el abogado para la defensa de los derechos. Y una democracia consolidada tiene que tener un turno de oficio y una asistencia gratuita que sirva de soporte a los ciudadanos que no tenga medios económicos para acudir a la justicia. Históricamente siempre ha parecido que como no cobran, no hacen su trabajo, pero no es así. Los abogados de oficio siempre han cumplido con su deber dignamente, y existe un gran porcentaje que cumplen igual que si fueran de pago. Así que se trata de un mal concepto que existe en la sociedad, que no le quepa duda a nadie. También me gustaría defender la labor de nuestro decano, Francisco Javier Lara Peláez, y de toda la junta de gobierno de Málaga, que se han propuesto que los pagos en Andalucía estén al día. De hecho, por primera vez en la historia no se nos debe nada en este sentido. A principios de febrero la Junta se puso al día con los abogados, y eso es algo histórico, porque significa que cada vez se reconoce más que somos una parte fundamental para mantener el sistema. Los políticos parece que han recapacitado, y el trabajo de nuestro decano ha sido fundamental para ello y para convencerles de que se pongan al día en los pagos. Aunque sean honorarios más limitados que el resto de tarifas, es justo que el que trabaje cobre, es una cuestión de dignidad.
¿Considera que está mal pagado el turno de oficio?
No mal pagado, sino que es una retribución más escasa. Pero también se trata de una cuestión social que la abogacía tiene que cumplir. Hay que conformarse con lo que hay, y el que está es porque quiere. Es algo voluntario. Lo importante es que cobremos puntualmente, la dignidad de saber que vamos a cobrar las guardias a las que entramos. Es cierto que hasta ahora los abogados de oficio son los grandes desconocidos, pero cada vez más se reconoce su función. Por ejemplo, en Ronda hay tres letrados continuamente las 24 horas: uno de asistencia a detenidos en comisaría, otro en el juzgado y otro para violencia de género. Y eso es algo que la gente no lo sabe.
Las tasas judiciales también han provocado una gran polémica. ¿Cómo han afectado a los abogados?
Nos ha afectado notablemente, y el trabajo de los colegios ha sido muy importante para su eliminación. Ha reducido la litigiosidad en nuestro país, porque suponía un gran obstáculo para cualquier ciudadano que quisiera reivindicar sus derechos por medio de un litigio. Afortunadamente se ha dado marcha atrás, y consideramos un logro que se pueda acudir a la justicia sin cortapisas.
¿Lo consideraba discriminatorio?
Totalmente, porque se privaba a mucha gente de poder recurrir ante la justicia, aunque es cierto que el que pleiteaba de oficio no tenía por qué abonar esas tasas. Pero hay mucha gente que está en el filo de la navaja, en el límite, y no tiene ni para una cosa ni para otra. Es una clase intermedia que cobra una cierta cantidad y que se ha privado en ocasiones de acudir a la justicia. Ahora esperemos que nadie vuelva a retomar la idea.
«El turno de oficio es una función social que la abogacía tiene que cumplir»
¿Qué le parece la propuesta de privatización del Registro Civil?
Bueno, no es lo mismo una tasa judicial por interponer un pleito por un despido o cualquier otra causa civil, donde se ven afectados bastantes intereses, que una pequeña tasa por un certificado de defunción o de nacimiento. Pero creo que hay otros medios, en lugar de penalizar al ciudadano, para obtener esos beneficios, que tampoco creo que sean muchos. Así que eso coartará también a la hora de pedir documentación, e intentaremos luchar porque se elimine o al menos que se reduzca el precio y sea algo proporcional.
En Ronda ha habido una lucha importante por conservar el partido judicial, y parece que así será finalmente. ¿Se necesita realmente tener partido propio?
Es necesario para la ciudad y para los justiciables. Eso permite a los ciudadanos estar cerca de la justicia. Imagínese una persona de Jubrique o de Gaucín que tenga que ir a Málaga cuando se le convoque a un juicio. La tutela judicial efectiva se desarrolla con unos jueces cercanos, de forma que la gente sepa que puede realizar sus trámites en su ciudad. Eso es básico. Hay muchos funcionarios entroncados en Ronda y que desarrollan su trabajo en Ronda: Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil… Y además están los letrados, los procuradores y demás. Todo eso le da consistencia a una ciudad, y es fundamental la supervivencia del partido judicial. El Colegio de Málaga también hemos luchado mucho por este tema, algo que comenzó el anterior delegado, Luis Candelas, que viajó con la alcaldesa a Madrid para tratar este asunto, y que he continuado yo. Es bueno para todos que se mantenga, y desde el Ministerio de Justicia se ha recapacitado y se ha retirado la propuesta, pero es una espada de Damocles que puede caer algún día, debemos ser conscientes de ello y reivindicarnos como el partido judicial histórico que somos. Los perjuicios pueden ser mayores que los beneficios, porque no creo que sea tan costoso mantenerlo, especialmente contando con una sede nueva como la que tenemos. De hecho cumplimos con todos los requisitos para mantener el partido. Además de una sede nueva estamos lejos de cualquier otra ciudad y somos centro geográfico de muchos pueblos.
Es un asunto en el que vamos a permanecer atentos para evitar que pueda producirse un nuevo intento de recuperar la idea.
¿Qué razones se esgrimían entonces para pedir la eliminación del partido?
El objetivo era optimizar recursos y centralizarlo todo. Luego surgió una alternativa intermedia, que se quedara como partido judicial desplazado, para contar en Ronda con una sede. Pero las últimas noticias que tenemos es que al final se mantiene como hasta ahora, aunque la amenaza siempre estará.
«Ahora se desplaza un forense los lunes y los miércoles, pero lo deseable sería contar con uno fijo»
Actualmente se desplazan a Ronda fiscales de otros municipios como Marbella o Estepona. ¿Cree que deberían existir fiscalías aquí?
Por supuesto, ese es nuestro sueño. Sabemos la importancia que tiene el fiscal y de la agilidad que supone que esté cerca. Hay que tener en cuenta que en temas civiles y penales se requiere el concurso del fiscal, el procedimiento hay que enviarlo a fiscalía. Aunque es cierto que hay concertado un calendario y se desplazan aquí. En este sentido me gustaría destacar el trabajo del fiscal Julio Martínez Carazo, fiscal adscrito a Marbella, porque su voluntad es total y tenemos un contacto muy directo con él. Siempre que se les requiere están ahí, pero los medios son los que son. Nuestro sueño es que se cuente con un destacamento fijo en Ronda, porque estamos lejos de todo, así que siempre vamos a reivindicarlo.
Porque la ausencia del fiscal siempre puede hacer que se retrase cualquier procedimiento.
Claro, porque se requieren sus informes, y tenerlos fijos en Ronda significaría una mayor rapidez.
Algo similar ocurre con los forenses.
Eso es. Actualmente se desplaza un forense los martes y los miércoles, pero lo deseable sería contar con uno fijo, sobre todo para cuando suceda algún hecho luctuoso. Ahora mismo tienen que venir desde Málaga o Marbella para el levantamiento de un cadáver, por ejemplo. Pero no solo pasa en Ronda, también en otros sitios como Antequera, porque la tendencia es la de centralizar y ahorrar costes.
¿Pero al final no es contraproducente, ya que se gasta en desplazamientos mucho tiempo que se podría dedicar a otras tareas?
Obviamente. Siempre nos dicen que todo se debe a la falta de medios, pero creo que al final es contraproducente.
¿Ha afectado mucho la crisis a los abogados rondeños?
Una crisis afecta a todos los sectores, y eso te lleva a pensar que hay que reinventarse. Si tenías una línea, tienes que buscar dedicarte también a otros tipos de asuntos. Hay que tener esa capacidad. Pero afortunadamente Ronda es una plaza sin mucha complicación en ese aspecto. Los letrados están consolidados, el trato es fluido y hay buenos profesionales, no hay que acudir a buscarlos fuera. Yo siempre apuesto por buscar a uno aquí, porque cualquiera está sobradamente preparado y puede afrontar una defensa con garantías.
¿Hay clientes que ven a su abogado más como un enemigo más que como un amigo, debido a la falta de confianza en la justicia?
No lo creo así. Puede que eso sucediera antes, pero ahora hay más madurez, más conciencia. Y cuando se busca un abogado se sabe por qué se busca, porque quieres reivindicar un derecho. Sobre todo en ciudades como Ronda es una relación de confianza. Somos como el médico de cabecera para mucha gente, porque apenas hay especializaciones. Acudes a él para todo, y eso se debe a la confianza.