Empieza la carrera a por la Junta, y digo bien la carrera porque se presenta un panorama lleno de dificultades.
Según las ecuestas la encabeza el PSOE, que no reconoce su error al anticipar unas elecciones que nos van a costar más de 12 millones de euros a los andaluces, como la cosa está tan bien nos permitimos el lujo de tirar el dinero. Un partido que ha defraudado a los votantes de izquierdas demostrando su incapacidad de liderazgo en el pasado pacto de izquierdas que gobernó la Junta de Andalucía, ante el nuevo panorama y no consiguiendo suficiente representantes para gobernar solos ¿que pacto buscarán? Dudo que vuelvan a llamar a IU después del golpe de efecto y las críticas a su flata de respeto al pacto, además tampoco sumarían. Así que se hace difícil un pacto que no pase por Podemos o incluso Ciudadanos. Feo panorama para la nueva candidata socialista que no va a contar con las fuerzas que buscaba en este adelanto.
Parece que el segundo puesto va para el Partido Popular, que actualmente iba en cabeza de la carrera siendo el partido más votado las pasadas elecciones; con menos apoyos que la legislatura finiquitada no podrá acceder al gobierno; lo que desdibuja una tranquila constitución del nuevo gobierno andaluz. ¿Con quienes pactaría? Con Ciudadanos que forman parte de sus votantes, puede ser una opción, pero parece que no sumarían, ni entrando UPYD, lo que les dejaría fuera del gobierrno. Si se cumplen las encuestas el desgobierno se va a sentar en nuestra tierra.
Feo panorama que demuestra el poco tacto del PSOE, lo único conseguido parece que será dejar a IU con la mitad de la fuerza que tenía, no consigue parar el tsunami de Podemos.
Personalmente me preocupa ese creciente apoyo al nuevo partido que sin infraestructuras, ni ideas, ni desarrollo político irrumpe con fuerza inusitada en nuestro panorama andaluz. Me preocupa que las políticas de dictaduras de izquierdas se implanten en una histórica tierra acostumbrada a luchar, no quiero ni pensar cómo sería tener que pelear por un rollo de papel higiénico o ver la realidad que a diario sufren lo venezolanos. Menuda pesadilla sería seguir a un visionario como Nicolás Maduro, cuyas excentricidades están destrozando un país completo: encarcela a los contrincantes políticos, raciona el alimento, permisividad ante los asesinatos…
Llegan las elecciones y dudo que alguien gane la carrera, sólo pienso en los que la vamos a perder, los andaluces, si se cumplen estas pésimas encuestas. Quizás por eso quiero mantener la esperanza deseando que la cordura nos llegue a los votantes y busquemos no el voto de castigo, que al final nos castigaría sin comer a nosotros mismos, sino la solución que Andalucía necesita; que busquemos un partido capaz de darnos lo que en treinta años no hemos recibido de los socialistas, un partido que nos pretende engañar con una chuchería, como si fuera alimento para un día asfaltando sólo 7 kilómetros de la carretera a Ardales.
¿Para cuando la deuda que tienen con nuestra Serranía?
Volveremos a escuchar las manidas promesas de años anteriores, de dibujar en la imaginación las autovías hasta Ronda, los aeropuertos, el incremento de los puestos de trabajo, el puerto seco, mejoras en edificios e infraestructuras,… y mil promesas más que se irán tras esos coches oficiales que traen a los representantes políticos. Nunca han hecho nada por Ronda, nunca nos han mirado bien, nunca le hemos preocupado, somos la cenicienta de Andalucía que sigue esperando que lluevan a golpe de varita soluciones que llevamos años soñando.
Despierta tierra mía y apoya a los que tengan posibilidades de traer soluciones y no nuevas complicaciones.
Despierta tierra mía y exige promesas cumplidas y no te dejes encandilar por un roneante que sabe hablar, pero sólo trae humo.
Despierta mi Ronda y da la espalda a aquellos que durante años te están pisando el cuello y te impiden levantar el vuelo.
Abre los ojos y lucha por cambiar un presente de paro, necesidades, desalojos,… por un futuro en el que trabajar y vivir dignamente sea lo normal.
No escuches cánticos de sirenas, que parecen palabras convincentes pero esconden engaños imposibles de cumplir.
Espero que al final, una vez más, no seamos los andaluces los castigados.