Podemos no es tanto un partido como un vacío. Un gran vacío.
El vacío que muchas y muchos venimos sintiendo durante años. Es el vacío que nos ha dejado tanta promesa de cambio incumplida, el vacío de una democracia formal alejada de la libertad y de la vida; el vacío que nos ha producido pasar de una dictadura militar a una dictadura de los mercados; el vacío de una Europa de los bancos y no de la cultura y de las personas.
“¡Ciudadanos, no súbditos!” gritaban allá por el siglo XVI los Comuneros. Pero tampoco fue posible la libertad. Fue el Imperio y la Contrarreforma de la Iglesia. Fue el atraso secular de los pueblos de España.
Y cuando intentamos seguir los pasos de la modernidad y de la Revolución Francesa con la Constitución de Cádiz, pronto retornó el estúpido y sádico Fernando VII, mientras el pueblo gritaba ¡vivan las cadenas! Pues toma cadenas, toma Inquisición, toma pobreza y analfabetismo.
Y cuando los regeneracionistas, a finales del XIX, se levantaron contra la corrupción política, contra el caciquismo y contra el pesimismo generalizado, lo hicieron con el lema “Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid”, es decir, a la España patriotera e inculta. Un movimiento liderado entre otros por vuestro paisano Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza. Tampoco fue posible, porque hoy nuestros mejores profesionales, nuestras jóvenes más preparadas, las mejores cabezas de la investigación española tienen que emigrar a otros países que valoran mucho más el capital humano.
Podemos es un gran vacío que se está llenando con gente de todos los estratos sociales
Más tarde, en la Guerra Civil, el bando republicano en el frente de Madrid, adoptó, a instancias de Dolores Ibarruri, el grito de ¡no pasarán! Pero pasaron. Recientemente, en la Puerta del Sol, en el lugar donde fue proclamada la Segunda República, una ciudadanía indignada se congregó para estar juntos, para pensar, para dialogar, para soñar con un futuro radicalmente democrático e igualitario.
PODEMOS, como un movimiento también regeneracionista de valores y condiciones de vida, nacido de aquella gran acampada del 15-M, de la llamada Spanish Revolution, vuelve a gritar contra los poderes que nos dominan –que son los de siempre- que Ya estamos hartas, que no queremos aguantar más. Ni aguantar ni esperar.
PODEMOS es un gran vacío que se está llenando con gentes de todos los estratos sociales, de todos los rincones del País, de todas las culturas de España y de nuestros hermanos residentes. Gentes que, por fin, queremos tomar las riendas de nuestro destino, que no es otro que el de la dignidad humana, de la equidad y las mismas oportunidades, de la libertad auténticamente democrática, del derecho a un trabajo no esclavo. El derecho a vivir como nos merecemos y no de acuerdo con oscuros intereses de otros. Ahora estamos abajo en una estructura piramidal perversa, pero que se está transformado sorprendentemente en una Red intercomunicada, cuyos nodos serán los centros de poder local, porque lo más real y lo más justo es, sin duda, la soberanía popular. Sin adjetivos.