Esta palabra, desbandá, me parece horrible aplicada a nuestro drama. La he traído al título porque a partir de ahora y hasta mediados de Febrero oirá y leerá muchas veces difundida por la dirección general de la memoria democrática, reciente nomenclatura que también parece poco acertada para sustituir a la mundialmente conocida como memoria histórica en un baile de palabras para desorientarnos, como ocurre con el cambio horario.
Da la impresión de que el franquismo sigue agazapado tratando de recubrir su propia existencia al mismo tiempo que distorsiona las ideas, las palabras y hasta los hechos de los demás.
El pueblo siempre dijo la ‘huía’ cuando hablábamos del hecho de haber tenido que huir ante la agresión fascista y el terror que infundía. Primero fue la huida de muchos pueblos del campo de Gibraltar, de Cádiz, de Sevilla hacia Ronda. Luego fue la huida de todos ellos, los que pudieron, desde Ronda hacia San Pedro Alcántara y Marbella, luego hasta Málaga, y la huida desde Málaga hacia Almería.
Pero no fue una ‘desbandá’. Fue una huida que el pueblo se vio obligado a hacer para refugiarse en las zonas republicanas. Y esa huida fue ordenada y solidaria, además de hacer resistencia a la agresión. No les resultó fácil al ejército sublevado, a los moros, a los italianos y a los falangistas llegar hasta Ronda, ni tomarla, ni avanzar por los pueblos de la serranía. Mientras parte del pueblo, mujeres, niños y mayores huían hacia la costa, las milicias populares luchaban, perdían-ganaban y recuperaban pueblos y zonas una y otra vez, infligiendo derrotas humillantes a las bien pertrechadas tropas fascistas.
Luego cuando la ayuda de Hitler y Mussolini a los golpistas y el aislamiento-embargo de Francia e Inglaterra a la República hicieron que Franco ganara la guerra, éste y sus generales se dedicaron a matar alevosamente y a emplear palabras despectivas para denigrar a nuestro pueblo.
Una de esas palabras era ‘desbandá. La misma palabra que ahora desde la dirección general de la memoria democrática llevan tres años repitiendo para sustituir a ‘huía’.
El año pasado durante la marcha desde el monumento a Torrijos hasta el Peñón del Cuervo en Málaga, estuvimos hablando de esto y somos muchos, tanto de Ronda como de otros sitios que “desbandá” es una palabra despectiva para definir “la huía”. Yo recuerdo muy bien, y debe haber muchos rondeños que también, haberla oido de pequeño en boca de fascistas o proclives para jactarse y mofarse de los que aterrados habían tenido que huir.
Consultado el diccionario de la academia de la lengua he aquí el resultado:
DESBANDARSE: Desparramarse, huir en desorden, apartarse de la compañía de otros, desertar, desmandarse. Confusamente y sin orden, en dispersión. Así que la ‘desbandá’ sería una separación desordenada y en diferentes direcciones de un grupo de personas o animales.
HUIR: Alejarse deprisa, por miedo o por otro motivo, de personas, animales o cosas, para evitar un daño, disgusto o molestia.
Está claro que tanto en la realidad como semánticamente lo nuestro fue una ‘huía’ y no una ‘desbandá’ por lo que en Ronda y en Málaga esperamos que la dirección general de la memoria democrática, dirigida por profesores, corrija este mal y despectivo uso de las palabras. Por respeto a nuestras víctimas y al correcto uso del lenguaje.
El enviado especial de la ONU Pablo de Greif dijo el año pasado, coincidiendo con el aniversario de la “huía”, tener una impresión muy negativa para su evaluación sobre los crímenes franquistas: “Aquí estamos hablando de derechos fundamentales y no de instrumentalización partidista”. “La única forma de ser leal a su víctima familiar es manteniendo su memoria viva”. “Mientras la gente no tenga el mínimo reconocimiento de sus muertos, el agravio es permanente…”