Comienza la campaña electoral para las elecciones europeas y parece que hubiese de todo menos unas elecciones. Los ciudadanos estamos llamados a las urnas para elegir a nuestros bien pagados representantes en el Parlamento Europeo, ese espacio de decisión en cuyos pasillos se cocinan muchas de las decisiones con las que luego nos llevamos las manos a la cabeza los ciudadanos y nos acordamos de más de un familiar de alguno. Claro está, con la correspondiente copa o cerveza en la barra del bar.
Ahora llega el momento de depositar el resultado de tantas horas de charlas, en ocasiones acaloradas discusiones, en las urnas que se instalarán en los colegios electorales el próximo 25 de mayo. Entonces toca hablar de verdad. El resto lo único que puede producirnos es un cabreo tremendo. Es hora de que los partidos sepan que el ciudadano ajusta cuentas democráticas, quizás así descubran que no vale hacer falsas promesas en las elecciones, hacer lo contrario de lo que se dice y olvidarse de las personas. Nos toca a los votantes examinar a los políticos, esos que luego deberían tener como principal objetivo defender a los ciudadanos y los intereses de los españoles. Y no, no me vengan con milongas, que no salvo a nadie en esta crítica. A ninguno, tristemente no tenemos excepciones entre los actuales representantes.
En cuanto al arranque de la campaña en nuestra ciudad, no pudo ser más triste. La peor de los últimos tiempos. Los partidos no se unieron en un mismo lugar para su arranque de la campaña tras años de cumplir con esa tradición y los que sí lo hicieron arrastraron a un pequeño puñado de militantes y simpatizantes. Así quedó palpable que no interesa mucho la campaña en las sedes locales de los partidos, que dejan todo el trabajo en la maquinaria central de las diferentes formaciones. Aquí parece que nadie toma conciencia de la importancia de unas elecciones europeas, aunque luego todos, incluidos políticos locales, nos rasgamos las vestiduras diciendo que esa expresión tan popular de que el bacalao se parte en Bruselas y que es Merkel la presidenta.
Y mientras el revuelo electoral brilla por su ausencia, la entrevista del ex secretario local del PA, Sergio Flores, confirmó lo que todo el mundo sabía pero nadie decía públicamente. Sus importantes discrepancias con la líder andalucista, Isabel Barriga, a la hora de ver la política, y las regulares relaciones que existen entre andalucistas y populares en el seno del pacto de gobierno. Nada que no se supiese en bambalinas, pero que Flores confirma públicamente.