Cultura y Sociedad

Robots ‘made in Ronda’ al servicio de la educación

Un profesor de tecnología rondeño utiliza creaciones a base de materiales reciclados para implicar a sus alumnos

Miguel Ángel Racero, con dos de sus creaciones.

Viejas memorias de ordenador, fusibles inservibles de coches, filtros de grifos, maquinillas de afeitar, piezas de viejos disquetes, cabezales de cintas VHS… Lo que para la mayoría de la gente no serían más que desechos, en las manos del profesor de tecnología rondeño Miguel Ángel Racero sirven para hacer verdaderas obras de ingeniería, con las que motiva a sus alumnos a descubrir el mundo de la electrónica y el beneficio de reutilizar objetos que normalmente tiramos a la basura sin pensar.

De entre todas sus creaciones, hay dos categorías que ocupan un lugar destacado en su colección: unos pequeños robots, tan conseguidos que parece que vayan a cobrar vida de un momento a otro, y sus amplificadores, que pese a fabricarlos de forma casi artesanal, no tienen nada que envidiar a cualquiera que pueda comprarse en un establecimiento especializado, aunque en este caso sí requieren el uso de piezas nuevas, compradas específicamente para este fin.

Su afición comenzó cuando todavía era un niño, y a los 11 años ya empezó a idear sus artilugios. “Mi primer amplificador lo hice con una caja de galletas de limón, y desde entonces he fabricado cientos”, recuerda. A partir de ahí, lo que era un hobby se convirtió en su ámbito de estudio, ya que se sacó la carrera de Ingeniera Industrial, y luego en su trabajo, enseñando a alumnos de ESO y Bachillerato, una labor que en la actualidad desarrolla en un instituto de Alcalá del Valle.

“Los alumnos acaban muy enganchados con las clases, necesitan este tipo de estímulos”

“Es algo que me apasiona, cualquier rato que tengo libre lo dedico a ello”, asegura, mientras no deja de mostrar nuevos robots y contar la historia que hay detrás de cada uno de ellos. Pero a pesar de este frenético ritmo de trabajo, su colección de invenciones no llega a ser desorbitada, ya que la mayoría de ellas las acaba regalando o donando a diferentes causas solidarias, como un amplificador que se rifó en la gala ‘Jóvenes y Despiertos’, celebrada el pasado año y en la que se recaudaron más de tres toneladas de alimentos.

Precisamente, estos aparatos son los que más centran ahora su empeño. En especial, ha comenzado a fabricarlos con maletas antiguas de colección, nada fáciles de encontrar en el mercado: “Se encuentran muy pocas, y pueden costar más de 200 euros, porque son auténticas piezas de coleccionista”. Además, cada vez los diseña más avanzados, y dependiendo del modelo, pueden llevar puerto USB, ‘Bluetooth’, radio o incluso una bola de luces, lo que los convierte en pequeñas discotecas portátiles.

Mientras tanto, en el aula sus peculiares métodos no dejan indiferentes a los alumnos, que pasan de la incredulidad inicial a estar totalmente enganchados a esta materia. “Alguna vez me he metido en un lío, porque los niños querían abandonar la clase de Lengua o Matemáticas para irse al taller de Tecnología”, confiesa entre risas.

Desde que comenzó a los 11 años ha construido cientos de robots y amplificadores

Con estas iniciativas, no sólo busca que los niños se muestren más receptivos a la hora de estudiar los fundamentos de la tecnología, sino también transmitir otros conocimientos y valores transversales, como la solidaridad, la importancia de reciclar y cuidar el medio ambiente y de disfrutar de los pequeños detalles de la vida.

Para conseguirlo, invierte horas y horas en hacer reportajes fotográficos y editar videos en los que no falta alguno de estos curiosos personajes, que lanzan mensajes educativos con mucha más fuerza que los que los estudiantes reciben a diario en sus monótonas clases. Incluso no duda en ponerle voz a sus robots valiéndose de un distorsionador, para explicarles cuál será el próximo proyecto de clase. “Se ríen mucho, pero al final acaban enganchadísimos con las clases, porque los niños necesitan este tipo de estímulos para aprender”.

Pero no solo muestra su trabajo a sus alumnos. También utiliza Internet y las redes sociales para mostrar al mundo lo que fabrica con sus propias manos y mostrar el proceso de elaboración, para que cualquiera pueda emularlo desde su casa. Su blog recibe una media de entre 400 y 500 visitas diarias, y sus videos superan las 100.000 reproducciones en Youtube. Toda esta labor le ha valido ya algún reconocimiento, como el que recibió en el Primer Encuentro de Blogs Educativos de Ronda, aunque afirma que su principal objetivo es demostrar a los más jóvenes todas las posibilidades que tienen a su alcance utilizando material reciclado y animarlos a que desarrollen su imaginación.

 


3 comentarios en “Robots ‘made in Ronda’ al servicio de la educación

  1. Jorge M.

    Enhorabuena, da alegría leer noticias diferentes que no estén relacionadas con los políticos y sucesos desagradables. Además es una alegría ver sus increibles creaciones, me quedé con ganas de ver más robots y amplificadores.

  2. MCP

    Este tipo de personas son los que deberían opinar sobre el lamentable sistema educativo que llevamos sufriendo en este país desde que se implanto la ESO.

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